Donald Trump está ingresado en un hospital militar tras dar positivo por coronavirus. Hacía mucho que un presidente de Estados Unidos no tenía un problema grave de salud. Pero no es la primera vez. Estos son, según la BBC, otros casos graves de enfermedad de presidentes estadounidenses y cómo se manejó la situación.

George Washington (1789-1797), el primer presidente de la historia de Estados Unidos sufrió varios problemas de salud. Tuvo un tumor en un muslo que le impedía caminar o sentarse. Le fue extirpado y estuvo seis semanas convaleciente. En 1790 sufrió gripe y una grave neumonía, hasta el punto de que los médicos apostaban por su muerte, pero milagrosamente se recuperó.

Woodrow Wilson (1913-1921). Wilson contrajo la última gran pandemia, la gripe española, cuando en 1919 visitó Francia para firmar el Tratado de Versalles que ponía fin a la Primera Guerra Mundial. Tuvo fiebre alta y violentos ataques de tos. Su enfermedad fue mantenida en secreto. Se recuperó, pero poco después sufrió un accidente cerebrovascular que lo dejó parcialmente incapacitado hasta el final de su mandato. De nuevo se mantuvo en secreto y se dice que fue su esposa la que asumió, en la sombra, algunas decisiones.

Dwight Eisenhower (1953-1961). Al poco de llegar a la Casa Blanca, sufrió un ataque al corazón. El presidente intentó minimizar los efectos del infarto entre sus colaboradores. Luego se le diagnosticó enfermedad de Crohn, por la que fue operado. En 1957 sufrió una apoplejía que lo dejó parcialmente paralizado. Tardó varios meses en recuperarse. En aquella época no estaba claro cómo actuar en caso de incapacidad presidencial, y la experiencia de Eisenhower fue la que llevó a crear una enmienda a la Constitución, que entró en vigor en 1967 y que especificaba cómo actuar en caso de incapacidad del presidente.

Ronald Reagan (1981-1989). Antes de la llegada de Trump, era el presidente de mayor edad en acceder al cargo. Tuvo numerosos problemas de salud. Se le extirpó un tumor del intestino grueso y también uno de la nariz. Por su fuera poco, en 1981 fue víctima de un intento de asesinato. Sufrió una perforación en el pulmón, pero apenas un mes después del ataque ya estaba de nuevo en el despacho oval, trabajando.