Madrid, la única gran capital europea con restricciones a la movilidad por la incidencia del coronavirus

Agentes de la Policía Municipal de Madrid realizan controles de movilidad en el distrito de Puente de Vallecas
Agentes de la Policía Municipal de Madrid realizan controles de movilidad en el distrito de Puente de Vallecas
Eduardo Parra - Europa Press
Agentes de la Policía Municipal de Madrid realizan controles de movilidad en el distrito de Puente de Vallecas

Madrid es, de las principales capitales europeas, la única que en estos momentos tiene varios distritos con restricciones a la movilidad ante el agravamiento de sus índices de contagio por coronavirus y comparte con París, Londres, Amsterdam y Atenas algunas de las medidas más severas contra la pandemia. 

La segunda ola de la pandemia ha llevado a Madrid a encerrar 31 áreas sanitarias de siete distritos de Madrid, una situación que ahora no se aplica en las grandes urbes de Europa en esta segunda fase de la pandemia, ya que solo Lisboa mantuvo en julio algunas zonas de la periferia con el deber de "recogimiento" por el incremento de contagios.

¿En qué se diferencia Madrid de otras grandes ciudades europeas? ¿Hay alguna razón para que la capital de España sea el epicentro de la pandemia en el país?

Alta densidad de población, viviendas sobreocupadas, uso masivo del transporte público y la falta de opciones al teletrabajo, son cuatro elementos que pueden explicar las altas tasas de incidencia del virus en amplias zonas de la capital de España, aunque no son las únicas.

El uso de la mascarilla

En Madrid, el uso de la mascarilla es obligatorio en espacios públicos, tanto en el interior como en el exterior de los locales. Por regla general y salvo excepciones, su uso es masivo, algo que no es unánime en toda Europa.

Sí lo es, por ejemplo, en Londres, donde los ciudadanos deben llevar mascarillas en el transporte público, en taxis, en comercios y en establecimiento de hostelería, donde las deben llevar tanto empleados como clientes, salvo para consumir, algo similar a lo que ocurre en Viena.

También es obligatoria en Atenas, donde hay que llevarla en todos los espacios cerrados, el transporte público y las plazas y se recomienda su uso en todo momento, si bien, en general, poca gente la lleva por la calle.

Bruselas ha flexibilizado su postura hacia la mascarilla, que ha pasado a ser de uso opcional en lugares al aire libre, aunque es obligatorio que los ciudadanos lleven al menos una en el bolsillo, porque, en caso contrario, se exponen a una multa de 150 euros.

En Roma, la mascarilla tampoco es obligatoria al aire libre, pero sí en lugares cerrados.

Tampoco en Lisboa se exige la mascarilla en espacios abiertos y su prohibición se ciñe a locales cerrados como establecimientos comerciales, transportes y escuelas.

Flexibilidad también en Amsterdan, donde no es obligatoria, pero se recomienda "encarecidamente" su uso en las tiendas y el encargado del comercio puede negar la entrada al cliente que se niegue a portarla.

En el otro extremo está Moscú, que es de la pocas capitales europeas que recomienda usar guantes, además de mascarillas, en el metro y el autobús y en espacios cerrados.

En Madrid, donde los guantes eran relativamente comunes al principio de la pandemia, apenas se ven y han sido sustituidos por el uso masivo de gel hidroalcohólico tanto a la entrada de los comercios como de los centros de trabajo.

Cultura, bares y ocio nocturno

Madrid se ha convertido en el "paraíso de las terrazas" que proliferan por las aceras y plazas ante el miedo a consumir en el interior de los locales y las barras.

Los bares de copas y discotecas están cerrados en toda la ciudad y en las más de cuarenta zonas sanitarias con restricciones, bares y restaurantes tienen que cerrar a las diez de la noche.

Es la misma hora de cierre que en París, otra de las grandes urbes europeas que ha introducido medidas más duras tras declararse "la zona de alerta reforzada" en su área metropolitana.

Los bares han de echar la persiana a las diez de la noche en la capital francesa, aunque las terrazas de restaurantes y cafés siguen abiertas sin distancia de seguridad entre las mesas.

Más horario hay en Viena donde, a pesar de que ha habido un ligero repunte de casos, los negocios de restauración y ocio pueden abrir hasta la una de la madrugada, si bien todos los clientes deben facilitar sus datos personales para ser localizados por si se detecta un foco en el local.

Cines, teatros y museos permanecen abiertos en la capital austriaca, así como los parques y jardines, mientras que en Madrid se ha suspendido la actividad en las zonas verdes de los barrios que han sido aislados.

Con la tendencia de casos al alza, Atenas ha tomado acciones severas en lo que se refiere a los eventos culturales y de ocio, puesto que se han cancelado todos los conciertos y representaciones teatrales, tanto al aire libre como en salas.

Una medida más drástica que la de Madrid, donde el aforo se ha reducido al 50% en las zonas con más afectación.

La hostelería, los minimercados y los kioscos, muy populares en la región metropolitana de Atenas, tienen que cerrar a medianoche hasta las 5.00 y las 7.00 horas, respectivamente.

Si Holanda fue de los primeros países en readmitir espectadores en los estadios de fútbol, la medida se ha revocado.

Los gimnasios y centros deportivos también están cerrados en París, al igual que las salas de fiesta.

El teletrabajo

En España, y por ende en Madrid, el teletrabajo es una opción que el Gobierno recomienda siempre que sea posible. Es precisamente en aquellos barrios de Madrid donde los trabajadores no tienen esta opción, donde la tasa de contagios se dispara.

Con la perspectiva de que los casos diarios puedan llegar a 5.000 en los próximos días, Países Bajos es otro de los países que ha endurecido sus reglas ante la segunda ola en todas las ciudades, con Amsterdam a la cabeza.

Y una de esas medidas es que el teletrabajo pasa a ser una exigencia para todas las empresas, a menos que no haya otra opción que el modelo presencial.

El emplesario que lo incumpla se arriesga al cierre del negocio durante dos semanas.

Reuniones familiares

Al igual que en todo Madrid, en Londres se ha impuesto la que llaman "regla de los seis", que prohíbe reuniones de más de media docena de personas ante el empeoramiento de la situación en el conjunto del país, que la semana pasada batió récord diario de infectados -6.634- desde marzo.

Italia, el país más golpeado por la primera sacudida de la covid-19, mantiene el estado de emergencia, aunque tiene relativamente controlada la nueva ola, por lo que en su capital no hay limitaciones de movilidad, ni restricciones de número de personas para reuniones.

Con 12 millones de habitantes, Moscú ha tomado nuevas medidas después de haber superado el listón de los 1.500 contagios diarios.

Entre las restricciones, está la de que las personas mayores de 65 años se queden en sus casas y sólo salgan por razones de fuerza mayor. Una limitación a la movilidad que no existe en ningún otro país europeo, tampoco en Madrid.

La presión hospitalaria

Al igual que en la primera ola y por encima incluso del número de contagios, la mayor preocupación en Madrid y también en el resto de España, se da por la ocupación de los hospitales y, sobre todo, de las unidades de cuidados intensivos.

En la Comunidad de Madrid, una de cada cuatro camas ya está ocupada por pacientes COVID. Y en el caso de las Unidades de Cuidados Intensivos, el porcentaje sube al 41 por ciento.

Un dato que contrasta, por ejemplo, con el de Berlín. Sólo un 1,6 por ciento de las camas disponibles en las UCIS de los hospitales berlineses están en uso.

De hecho, el índice de ocupación de camas es uno de los tres criterios contemplados por las autoridades berlinesas para determinar si se deben tomar medidas adicionales, junto con el de contagios por 100.000 habitantes y el de reproducción de la enfermedad.

El sistema está compuesto por tres semáforos virtuales, uno por criterio, y si dos de ellos se ponen a la vez en rojo, se deben tomar nuevas medidas, si bien por ahora sólo uno está en amarillo.

El oasis escandinavo

Muy lejos de las pautas dictadas en Madrid y la mayoría de ciudades europeas, en Estocolmo y en Helsinki se mantienen en la línea de recomendar, más que de restringir, y no hay ninguna limitación ni de movilidad, ni de horarios.

Entre las pocas exigencias que hay en la capital sueca, está que en restaurantes y bares solo se puede servir en las mesas, y no en la barra.

Barras que también siguen abiertas en Madrid, aunque solo al 50 por ciento y en las zonas sin restricciones. En el resto, están cerradas.

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