España va a disparar su gasto en pensiones. Esa es una conclusión rápida y en pocas palabras de las previsiones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que se han publicado este lunes y reflejan que el gasto en pensiones se situará en el 14,2% del PIB en 2050. Estos cálculos, eso sí, se hacen en base a un aspecto importante: se darán siempre y cuando la crisis del coronavirus tenga efectos solo a corto plazo y no provoque daños que puedan ser estructurales. Si se alargan esos daños en el tiempo, los datos serán más pesimistas.

Asimismo, comenta que si se profundiza en las reformas aumentando la edad efectiva de jubilación de 64,1 años a 66 años y subiendo también la edad de cotización de 25 a 35 años se daría un ahorro de 1,4 puntos del PIB en 2050, lo que situaría el gasto en pensiones en el 12,8% del PIB.

En palabras de la propia presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, el organismo sigue "identificando que hay que diferenciar cuál es la problemática de la Seguridad Social a corto plazo con cuál es la problemática a medio y largo plazo". Y es que la Seguridad Social "mantiene un déficit estructural desde la crisis anterior". Herrero matiza. "Se llega a hablar de quiebra del sistema de pensiones y eso crea una situación de incertidumbre que no es nada aconsejable y se desvía del foco de atención", que es el reto del envejecimiento "con lo que eso conlleva en el gasto en pensiones y en el gasto público". Para ese déficit, propone reducir la cotización por desempleo en favor de la Seguridad Social, asumiendo el Estado la pérdida del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), y que el Estado financie los gastos no contributivos de la Seguridad Social.

Según explican desde la AIReF, el factor demográfico impulsa fuertemente el crecimiento del gasto en pensiones como resultado precisamente de ese proceso de envejecimiento, aunque esto se puede compensar si se realizan las reformas adecuadas en el mercado laboral.

"Se habla de quiebra del sistema de pensiones y eso lo que hace es desviar la atención y generar incertidumbre"

Asimismo, desde la Autoridad Independiente apuntan que la población en España aumentaría, según el escenario que manejan, hasta los 54 millones de habitantes en 2050, mientras que la población en edad de trabajar se mantiene por encima de los 30 millones de personas. ¿Esto qué implicaría? Que la tasa de dependencia (entendida como población de más de 66 años dividida entre población entre 16 y 66 años) podría llegar al 53% en 2050.

Todo ello, como es lógico, tendría efectos directos sobre el mercado de trabajo. En este sentido, la AIReF expresa que la tasa de actividad crecería dos puntos hasta 2050, con de la población femenina y de los mayores, siempre teniendo en cuenta la posibilidad de que se retrase la edad de jubilación, una propuesta que ya ha puesto sobre la mesa el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, pero que no encuentra consenso en el Gobierno de coalición.

El escenario central que maneja la AIReF, en cambio, no es ni mucho menos el más pesimista. De hecho, añaden que si la crisis de la covid-19 tuviera impactos estructurales, es decir, permanentes sobre el sistema, el gasto en pensiones se elevaría en 0,7 puntos más del PIB. A esto habría que añadir en el peor de los casos 1,9 puntos más si se reduce el saldo migratorio y 1,2 puntos más si el paro estructural se va a un 10%, en lugar del 7% manejado en el escenario primario.

¿Hay que tomar medidas?

La AIReF, para concluir, mantiene que las propuestas de mejora son las mismas que hizo en 2019, pues siguen siendo "válidas" según el organismo. Esto pasa por "cerrar el déficit estructural de la Seguridad Social, trasladándolo a aquellas partes de la administración "con herramientas suficientes para reducirlo". Eso sí, celebran que la llegada de fondos europeos pueda dar lugar a reformas estructurales que el sistema lleva tiempo esperando, pero aclaran que la incertidumbre es tan elevada que exige "estudiar otras opciones que garanticen la sostenibilidad, suficiencia y equidad del sistema si se materializasen escenarios más adversos".

Por otro lado, la AIReF se ha fijado como objetivo asumir la evaluación de políticas públicas entre sus funciones permanentes, lo que le permitiría realizar análisis a iniciativa propia, sin necesidad de que se lo encargue ninguna administración. "Pensamos que nuestra experiencia acumulada y la singularidad que tenemos respecto a otros organismos nos coloca en buena posición para hacer evaluaciones", argumentan fuentes del organismo, entre otras cuestiones porque la ley les da acceso a información de las administraciones públicas.

La AIReF no se ha pronunciado sobre la posibilidad de asumir la evaluación del plan de reformas asociado al fondo de ayudas europeo, pero sí ha señalado que requerirá una gran cantidad de recursos, personal y tiempo, por lo que sería difícil que una única institución realice todo el trabajo. Junto con el avance en la evaluación, el plan de la AIReF tiene otros tres ejes estratégicos: la supervisión, la sostenibilidad de las cuentas públicas y el refuerzo de sus principios rectores.