Tras una reñida votación en la que Almudena logró el beneplácito del público, Mirentxu ha abandonado la casa de Gran Hermano, y su ausencia ha hecho mella en la moral de sus compañeros casi de forma instantánea, tal y como informa GranHermano.com.
La primera consecuencia directa de la última gala ha sido el retorno al concurso de Ana Toro, para alegría de Julito y Palomares y ante la indiferencia del resto de moradores.
Ante este recibimiento, y tras ponerse de nuevo en situación, Ana acudió al confesionario para aliviarse y explicar que se siente "un poco agobiada" por la forma en la que fue recibida, especialmente por parte de Iván y Almudena, en quienes percibió "una gran energía de rechazo".
Para enfrentarse a esta energía negativa, Ana dijo esperar contar con la amistad de Palomares, Julito y Liz, y que intentaría ceñirse a las conversaciones estrictamente necesarias con Iván y Chiqui para evitar malos entendidos.
No obstante, el modelo cántabro dijo poco después que, aunque en su momento tuvo algunos roces con ana, por su parte tocaba hacer "borrón y cuenta nueva", y aseguró sentirse alegre de que estuviese de nuevo en la casa.
Paralelamente, el apoyo de Palomares puede no ser todo lo fuerte que Ana espera, ya que se le vio muy afectado por la victoria de Almudena sobre Mirentxu.
En cuanto la murciana entró por la puerta, el joven de Ciudad Real rompió a llorar, y marchó raudo a lamentarse en la soledad de su dormitorio, sin que los ánimos de Julito sirvieran de nada.
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