Científicos españoles desarrollan tomates que sepan a tomates: más resistentes y de mayor calidad

Tomates de diversas variedades tradicionales.
Tomates de diversas variedades tradicionales.
IBMCP/CSIC/UPV
Tomates de diversas variedades tradicionales.

La diferencia de sabor entre un tomate que, efectivamente, sepa a tomate y otro que en demasiadas ocasiones carece de sabor, es abismal. Por ello, un grupo de investigadores se ha propuesto desarrollar variedades de tomate que, entre otras cosas, mantengan su característico sabor que muchas veces cuesta encontrar en los supermercados.

Es un proyecto europeo de biotecnología liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que, durante los próximos cuatro años, buscará la forma de desarrollar tomates con más calidad, mejor sabor y mayor resistencia a enfermedades emergentes y al cambio climático

"Se trata de una iniciativa de una gran importancia para un cultivo como el tomate. Primero, porque permitirá ofrecer al mercado soluciones para que este cultivo resista a algunos virus que le amenazan, así como a los desafíos del cambio climático. Y segundo, porque el proyecto reúne a todos los agentes para que los resultados de los laboratorios se transfieran al mercado", declara el coordinador del proyecto, Antonio Granell.

Y es que el proyecto, denominado 'Harnesstom' - que cuenta con un presupuesto de 8,07 millones de euros-, no solo se dedicará a reunir información genética sobre las variedades del tomate; sino que también contará con la colaboración de instituciones de siete países, desde pequeñas y medianas empresas, compañías tecnológicas, empresas de cultivo hasta ONG, asociaciones de agricultores e instituciones académicas. Todo, con un objetivo: "que el tomate que llegue a nuestra mesa sea mejor, en todos los sentidos", destaca Granell en el comunicado remitido por el CSIC.

A lo largo de la investigación, además, también contarán con la participación y opinión de consumidores, chefs creadores de tendencias y universidades "para el diseño de estrategias innovadoras que darán materiales de cultivo adaptados localmente".

Cuatro programas para un tomate más sabroso y resistente 

Para optimizar la calidad de la hortaliza (que tiene una diversidad genética reducida y por tanto muy vulnerable a las enfermedades emergentes y al cambio climático), el proyecto Harnesston desarrollará cuatro programas de preproducción. 

Según informan desde el CSIC, el primero de ellos introducirá resistencias contra las principales enfermedades; el segundo buscará una mejor adaptación del tomate al cambio climático; el tercero se destinará a la mejora de la calidad; y el cuarto buscará aumentar la resiliencia del tomate tradicional europeo. 

La investigación estará coordinada por Granell, del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto del CSIC y la Universitat Politècnica de València; y contará con otros cinco socios españoles: el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrícolas (IVIA), el Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario Extremadura (CTAEX), Fundación Cajamar, la Asociación de Productores y Comercializadores de la Tomata de Penjar d'Alcala de Xivert y Enza Zaden Centro de Investigación. El consorcio de Harnesstom lo completan otras quince entidades de Bulgaria, Francia, Italia, Israel, Países Bajos y Taiwán.

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