La economía de CyL caerá un 10,6% en 2020, aumentará un 6% en 2021 y se perderán en dos años 27.500 empleos, según BBVA

La economía de Castilla y León caerá un 10,6 por ciento este año, se recuperará un 6 por ciento en 2021, aunque se mantendría un 3,5 por ciento con respecto a 2019, y se perderán en la Comunidad 27.500 puestos de trabajo en este bienio, según BBVA.
Imagen de las previsiones de BBVA en el informe 'Situación Castilla y León'.
Imagen de las previsiones de BBVA en el informe 'Situación Castilla y León'.
BBVA RESEARCH
Imagen de las previsiones de BBVA en el informe 'Situación Castilla y León'.

Así se desprende del informe 'Situación Castilla y León' que han presentado este martes la directora de la Territorial Noroeste de BBVA, Yolanda Martínez-Bajo, y el economista jefe para España y Portugal de BBVA Research, Miguel Cardoso, quienes han incidido en que las previsiones dependerán del impacto de la pandemia.

Así, ante la situación actual, Miguel Cardoso ha señalado que se espera que la caída del Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León llegue al 10,6 por ciento este año, con una recuperación "asimétrica" de parte de la actividad perdida que supondrá alrededor de un 6 por ciento de la economía.

Sin embargo, ha advertido de que no se espera volver al nivel de actividad de finales de 2019 en dos años, sino que la recuperación llegaría "cuando menos" en 2022 o 2023, cuando podría llegarse a niveles de 2019.

Las razones que apuntan a estas previsiones son el impacto que están teniendo las medidas para contener la pandemia, la mayor exposición a la misma de algunos de los sectores de la economía española, que en el caso de Castilla y León son algunos tan importantes como el de la automoción, así como el contexto de ajuste a la baja de las estimaciones de crecimiento de los principales socios comerciales.

Todo ello, ha expuesto Cardoso, hace que sea "especialmente difícil" en estos momentos hacer previsiones, pero de cumplirse los supuestos sobre los que se trabaja se perderían en dos años 27.500 puestos de trabajo, aunque los impactos de la crisis son "muy heterogéneos" tanto por sectores como por comunidades y características personales. En cualquier caso, la contracción del PIB per cápita sería menor que la del conjunto del país.

Cardoso ha incidido en que parte de la caída de la economía se ha visto mitigada por las medidas y políticas económicas, europeas, estatales y de la Junta de Castilla y León, que considera que han sido "claves" y que han permitido no hablar de un ajuste de la actividad mayor.

Los principales riesgos que pueden influir sobre las previsiones, ha añadido, tienen que ver con la pandemia, los rebrotes, las medidas para contener contagios, etcétera, pero también van a tener que ver con las políticas que se tomen y los consensos que se produzcan alrededor de las reformas o medidas a tomar, que podrían permitir que la recuperación fuera más acelerada.

AJUSTE "DRAMÁTICO"

Miguel Cardoso ha señalado que en Castilla y León se ha producido un ajuste de la actividad "significativo, dramático", algo que se observa por ejemplo en el gasto efectuado con tarjeta en los terminales de venta, que en febrero crecía en dos dígitos salvo en alguna provincia como Zamora, pero que cayó casi un 60 por ciento.

De hecho, la primera quincena de abril el PIB de Castilla y León, en pleno estado de alarma y restricciones más importantes, alrededor del 50 o el 60 por ciento, en línea con el gasto en tarjeta.

En cuanto al empleo, ha incidido en que depende de la ciudad y la provincia, ya que han oscilado entre descensos del 2 por ciento en áreas urbanas de Soria y Ávila a descensos de más del 5 por ciento en Palencia o cercano a este porcentaje en Burgos y Salamanca. Las áreas no urbanas perdieron afiliados a un ritmo similar a la media de la Comunidad, en torno al 3,7 por ciento.

Esto, según el economista de BBVA Research, tiene que ver con el uso intensivo de los expedientes de regulación temporales de empleo (ERTE) para preservar los puestos de trabajo, aunque ha aclarado que eventualmente parte de ellas pasarán al desempleo.

Por sectores, también se produce una heterogeneidad "bastante importante", ha incidido Cardoso, quien ha concretado que los sectores más afectados son los que más sufren las medidas de distanciamiento social como el ocio, la hostelería aquellos con menor teletrabajo, a diferencia de la crisis de 2008, cuando la más afectada fue la construcción.

Por el contrario, los menos afectados como aquellos que tienen que ver con la salud, ya que se ha tenido que gastar más en algunos artículos necesarios para protegerse o no se ha ajustado tanto gasto en servicios como logística, algunos de transporte, mientras que se han visto incrementos elevados en alimentación, sobre todo si se tiene en cuenta que se ha pasado a consumir mucho más en casa que fuera.

En cuanto al sector exterior, en Castilla y León la alimentación se ha mantenido "relativamente bien" y ha sido un factor de "apoyo" para la economía de la Comunidad, mientras que el sector del automóvil ha registrado importantes caídas, que llegaron al cien por cien y además llega desde un proceso global de cambios estructurales.

En cuanto a la recuperación, se observa que el PIB de Castilla y León habría caído en torno al 3,9 por ciento en el primer trimestre, pero la contracción en el segundo podría haber alcanzado el 15 por ciento y, ya en el segundo semestre la recuperación podría ser algo más débil que en España, dado que la mejora que apunta el comercio no se ve respaldada al mismo ritmo por la industria ni el turismo.

HETEROGENEIDAD

Asimismo, es diferente por provincias, ha señalado Cardoso, quien ha explicado que parece haber un "efecto frontera" de las comunidades más pegadas a Madrid como Ávila o Segovia y que haya algún efecto negativo de las restricciones en Salamanca y Valladolid.

Entre sectores la recuperación también está siendo diferente, ya que en el caso de sectores en los que el consumo se produce en un contexto social como restaurantes, alojamientos u ocio, se da recuperación pero continúan tasas de crecimiento "marginalmente positivas" o que siguen siendo negativas. Por otro lado, se ha producido un avance "significativo" de la alimentación y compras minoristas alimentos para consumir en casa.

Además, debido a los cambios en los hábitos de consumo de las personas, que se circunscriben más al ámbito doméstico, se ha producido una recuperación "bastante sostenida" del gasto del hogar, que se mantiene con tasas relativamente elevadas, de mobiliario del hogar, en el que se está invirtiendo mucho, o temas relacionados con la salud y la tecnología.

Sin embargo, Cardoso ha insistido en la heterogeneidad "brutal" que se aprecia, ya que hay sectores con crecimientos del 40 al 60 por ciento y otros que descienden en un porcentaje igual. "Al hablar de la recuperación depende mucho del sector, región y las características personas", ha añadido.

El responsable del BBVA ha señalado que las políticas públicas han ayudado a recuperar el consumo, sobre todo las encaminadas a mantener los ingresos de las personas, entre ellas los ERTE y, aunque haya incertidumbre sobre el mantenimiento del puesto de trabajo, no se ha puesto la misma destrucción que en otras crisis.

En cuanto a los riesgos, Cardoso ha apuntado que el más importante tiene que ver con los contagios porque este segundo episodio puede tener efectos muy negativos en la salud, que es lo "prioritario", pero también en el gasto, debido a la incertidumbre de la gente, pero además puede llevar a medidas que de nuevo restrinjan la capacidad de producción de las empresas. Además, ha apuntado que, en la medida en que los contagios no estén bajo control y haya rebrotes, las perspectivas podrían deteriorarse.

Estas circunstancias pueden tener repercusión en bienes que se producen en Castilla y León como en el sector del automóvil y el alimentario, ha advertido Cardoso, quien ha expresado también la preocupación por la temporalidad, que puede llevar a una mayor destrucción de empleo, sobre todo en Ávila y Zamora.

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