Los presidentes de la Xunta, Emilio Pérez Touriño; de Asturias, Vicente Álvarez Areces; y de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, han expresado este martes al Gobierno la necesidad de que el nuevo modelo de financiación pondere factores como el envejecimiento o la dispersión a la hora de repartir los recursos.

Pérez Touriño se ha reunido por la mañana con José Luis Rodríguez Zapatero en el Palacio de la Moncloa, mientras que Álvarez Areces y Fernández Vara lo han hecho juntos por la tarde, para intercambiar opiniones sobre el nuevo modelo de financiación autonómica.

El presidente de la Xunta ha propuesto al jefe del Gobierno que el nuevo modelo de financiación tenga en cuenta, por primera vez, el coste derivado del hecho diferencial de tener lengua propia, petición que Zapatero se ha comprometido a estudiar y que los otros dos presidentes regionales no han visto mal si, efectivamente, tener más de una lengua supone costes añadidos para las comunidades. Según Touriño, Zapatero ha estimado su propuesta de "razonable".

En la reunión se ha garantizado también que Galicia tendrá "más recursos y más recursos por habitante", y se ponderarán variables como el envejecimiento y la dispersión, además de tener en cuenta de manera significativa los costes que en materia de inversión afectan a la educación, la sanidad y los servicios sociales.

"No debilitar al Estado"

Fernández Vara, por su parte, ha expresado la necesidad de acordar un modelo de financiación que fortalezca a todas las comunidades, pero que no debilite al Estado, porque "nos debilitamos doblemente". El presidente extremeño ha señalado que el nuevo sistema de financiación autonómica tiene que ser un modelo con el que "todos nos sintamos iguales, no cómodos" porque -ha añadido- "para estar cómodos está el sillón de nuestra casa".

Mientras, el presidente del Principado de Asturias, Álvarez Areces, igual que su homólogo extremeño, ha recalcado la necesidad de que se ponderen tanto el envejecimiento como la dispersión de la población en el nuevo sistema, y se ha ido también de la reunión con la impresión de que sus peticiones han sido escuchadas, aunque no estén aún plasmadas en cifras.