¿Es peligroso para la salud el 5G?

El 5G ya está aquí y la ciencia asegura que no es peligroso para la salud
El 5G ya está aquí y la ciencia asegura que no es peligroso para la salud
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El 5G ya está aquí y la ciencia asegura que no es peligroso para la salud

Teorías, alarmas, conspiraciones... No había llegado el 5G y ya existía una plétora de informaciones al respecto. Titulares que vendían las bondades de esta tecnología contra otros que advertían de sus riesgos. Ahora el 5G ya está aquí. En España. Primero fue Vodafone y, este septiembre, el encendido llegará a Telefónica, Orange y Grupo MásMóvil a través de su marca Yoigo.

Tiempo ha habido, de sobra, para informes tranquilizadores. También para teorías de la conspiración. En general, la ciencia coincide en concluir que no hay base para estimar que el 5G sea peligroso para la salud.

“No se ha relacionado ningún efecto adverso para la salud con la exposición a tecnologías inalámbricas”

A ello se refiere, por ejemplo, un artículo científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en 2006 con el título ‘Los campos electromagnéticos y la salud pública’. En el mismo, exponen que la tecnología inalámbrica se basa en una amplia red de antenas fijas o estaciones de base que transmiten información mediante señales de radiofrecuencia (RF). 

Hay más de 1,4 millones de estaciones de base en todo el mundo, y la cifra está aumentando de forma considerable con la aparición de las tecnologías de tercera generación.

Tras un análisis a raíz de las publicaciones que alertaban sobre esos posibles riesgos del 5G, concluyen que “los detallados estudios realizados hasta el momento no han revelado ningún peligro específico derivado de las diferentes modulaciones de RF”. 

Señalan, además, que, “teniendo en cuenta los muy bajos niveles de exposición y los resultados de investigaciones reunidos hasta el momento, no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de RF procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud”.

Dicho artículo es de 2006, mucho más actual, del pasado mes de febrero, es el informe –también de la OMS– ‘Salud y redes móviles 5G’. Hasta la fecha, recalcan en el texto, “y después de muchas investigaciones, no se ha relacionado ningún efecto adverso para la salud con la exposición a tecnologías inalámbricas”.

No obstante, para inquirir más en la cuestión, puntualizan que la OMS “está llevando a cabo una evaluación de los riesgos para la salud derivados de la exposición a las radiofrecuencias, que cubre todo el rango de radiofrecuencias, incluido el 5G, que se publicará en 2022”.

“Hace más de 60 años que estamos utilizando estas mismas frecuencias de radio de forma intensiva”

En la misma línea que lo publicado por la OMS se expresa Rubén José Moreno Pablos, administrador de sistemas de TI de la empresa tecnológica Hiberus. Comenta que se han realizado numerosos estudios científicos para esclarecer qué hay de verdad en las afirmaciones de que el 5G puede ser dañino para la salud, “y todavía no se ha conseguido demostrar que perjudique de alguna manera”.

El 5G, precisa, “se basa en la transmisión de datos a través de ondas de radio. En España hemos tenido ya que adaptar dos veces nuestras antenas de televisión para liberar las frecuencias de radio que usaba la TDT y que ahora están dedicadas al 5G. Es decir, hace más de 60 años que estamos utilizando esas mismas frecuencias de radio de forma intensiva”.

“No hay evidencias científicas de que conlleve riesgos para la salud”

Algunas de las principales compañías que se adaptarán a esta tecnología también envían un mensaje tranquilizador sobre los posibles efectos adversos del 5G. En declaraciones a 20 Minutos, un portavoz de Telefónica afirma que “las frecuencias utilizadas para 5G son parte del espectro de radioeléctrico que ha sido ampliamente investigado durante décadas, realizándose también desde sus inicios investigación científica sobre los posibles efectos que pueden tener sobre la salud todas las emisiones, incluidas las provenientes de teléfonos móviles, estaciones base y otros servicios inalámbricos como la radio o la TV”.

Los expertos, explica el portavoz, “concluyen que no hay evidencias científicas de que la exposición por debajo de los niveles recomendados y establecidos por los organismos oficiales (ICNIRP) conlleve riesgos para la salud. Además, la normativa que regula las emisiones electromagnéticas de 5G es la misma que la que regula actualmente las emisiones en otras bandas de frecuencia. Está basada en las recomendaciones de la UE y de la OMS, y recoge los límites de exposición obligatorios que incluyen importantes márgenes de seguridad para proteger a todas las personas”.

Corroboran, por tanto, desde Telefónica, lo ya esgrimido en diversas ocasiones por la OMS. De igual forma lo hace el portavoz de Vodafone: “Las frecuencias usadas por 5G han sido objeto de numerosas investigaciones científicas durante décadas y el actual consenso es que no hay efectos adversos para la salud si la exposición está dentro de las directrices internacionales establecidas por la entidad científica independiente ICNIRP –Comisión Internacional Sobre Protección contra Radiaciones no Ionizantes–“.

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