Tribunales.-Una testigo dice que el acusado del caso de Los Pajaritos perseguía a la víctima y ella tenía miedo

Durante la segunda sesión del juicio con jurado popular celebrado en la Audiencia de Sevilla contra Enrique R.B., el varón acusado de asesinar en octubre de 2018 a su expareja en el rellano de la escalera de un bloque de viviendas de la calle Carena, en el barrio de Los Pajaritos, una amiga de la víctima ha asegurado que el encausado "perseguía" a la fallecida para que aceptase reanudar la relación que habían mantenido y ella tenía "un poquito de miedo" de él.

En esta segunda sesión del juicio, una mujer amiga de Fátima, víctima del crimen y de nacionalidad marroquí, ha explicado que la mujer le había trasladado que Enrique R.B. le "perseguía" para que reanudasen la relación sentimental que habían tenido hasta 2017, detallando que la fallecida contó que él había deslizado "una carta" bajo la puerta de su vivienda, pidiéndole "volver" a ser pareja.

No obstante, y según ha precisado esta testigo, Fátima tenía ya una relación con otro hombre, señalando a continuación que la fallecida había "bloqueado" en su teléfono móvil las comunicaciones procedentes del número de Enrique R.B. y que ella tenía "un poquito de miedo" de él.

Además, ha manifestado que Fátima estaba buscando vivienda para dejar el barrio de Los Pajaritos, pero no por la situación con Enrique R.B., sino porque estaba "harta" de la barriada y además estaba "amenazada" por unos vecinos que pretendían que se marchase de la zona y con los que se habría visto enzarzada en fuertes disputas. "Ella estaba amenazada", ha insistido.

Recordemos que la Fiscalía reclama para el acusado 25 años de prisión y la medida de libertad vigilada post penitenciaria durante diez años por un presunto delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de género, así como el pago de una indemnización de 180.900 euros a los dos hijos menores de edad de la víctima, de once y 13 años de edad a la fecha de los hechos.

Según la Fiscalía, el acusado mantuvo una "relación sentimental análoga a la conyugal" con la víctima, de 35 años y llamada Fátima, finalizando la misma en 2017. No obstante, tras salir en marzo de 2018 Enrique R.B. de la cárcel donde cumplía condena, el mismo habría intentado infructuosamente reanudar la relación y habría comenzado a "vigilar" a Fátima aprovechando que ambos residían en el mismo bloque de viviendas.

EMBOSCADA EN EL RELLANO

Aprovechando así que conocía las "rutinas" de Fátima, según la Fiscalía, sobre las 8,00 horas del 23 de octubre de 2018, Enrique R.B. la esperó en un rellano del segundo piso del edificio de viviendas, después de haber quitado la bombilla de dicho lugar, para asegurarse de que el mismo estaba "a oscuras" para perpetrar sus propósitos. Es decir que según la Fiscalía, "preparó minuciosamente el crimen".

Al subir ella la escalera, según la Fiscalía, el acusado "la asaltó por sorpresa" en el citado rellano de la escalera y le asestó varias puñaladas" con un cuchillo "de grandes dimensiones", alcanzándole en órganos vitales como los pulmones y el corazón, para después abandonar la escena dejando allí a la víctima.

Pero la abogada defensora de Enrique R.B. y él mismo aseguran de su lado que la mujer sabía que aquella mañana, el acusado debía acudir a Córdoba con motivo de un juicio, coincidiendo que en dicha cuidad él tiene a "su exmujer" y a una hija.

Según la letrada, Fátima estaba "celosa" por aquel viaje de Enrique R.B. a Córdoba, por lo que fue ella, según su versión, quien se ocultó en el rellano de la escalera y se "abalanzó violentamente" sobre él con el cuchillo, llegando a provocar un gran corte en una mano al acusado. Al "luchar" ambos por el control de cuchillo, según la abogada defensora, medio la "mala suerte" de que ella falleciera.

"LA VÍCTIMA HA SIDO ÉL POR SER HOMBRE", DICE SU ABOGADA

"La víctima ha sido él por el hecho de ser hombre", señalaba la abogada defensora, agregando Enrique R. que él no quería reanudar la relación que había tenido con Fátima y que era ella quien le "buscaba" a él. Según el acusado, Fátima quiso viajar con él a Córdoba y ante su respuesta negativa, el día previo a los hechos comenzó a "chillar", insultarle y avisarle de que le iba a "matar".

En ese sentido, el acusado, quien ante la Policía y el juzgado de Instrucción se acogió a su derecho a no declarar, ha alegado en este juicio que fue ella quien le asaltó a él en el rellano de la escalera empuñando un cuchillo al grito de "¡hijo de puta!".

"Se vino hacia mí con la mala suerte de que se lo clavó en el pecho en el forcejeo", ha defendido el acusado en alusión a la fallecida y al cuchillo. Empero, ante las preguntas de la fiscal sobre cómo el cuchillo acabó alcanzando a Fátima, quien presentaría varias heridas por arma blanca, el encausado ha admitido que no puede "explicar muy bien" cómo se desenvolvió el citado y supuesto "forcejeo".

Eso sí, ha asegurado que Fátima "era una mujer fuerte que se enfrentaba a muchos hombres". "Todo lo que pasó fue por accidente. En ningún momento quise matarla. No soy un asesino", ha asegurado exponiendo que después abandonó el lugar de los hechos porque estaba "paralizado" y admitiendo que se llevó consigo el cuchillo.

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