El campo de refugiados de Moria sufre un nuevo incendio y provoca otra estampida de gente huyendo de las llamas

Un niño camina entre las instalaciones destruidas por un incendio en el campo de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos (Grecia).
Un niño camina entre las instalaciones destruidas por el incendio declarado este miércoles en el campo de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos (Grecia).
ORESTIS PANAGIOTOU / EFE
Un niño camina entre las instalaciones destruidas por un incendio en el campo de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos (Grecia).

Un nuevo incendio se declaró este miércoles por la tarde en el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, en zonas que no habían ardido hasta ahora, menos de 24 horas después del fuego que asoló la mayor parte de este centro de migrantes.

Según informan los medios locales, las familias que se habían quedado allí porque sus carpas no se habían incendiado salieron corriendo para escapar de las llamas, muchas con bebés en brazos.

Un denso humo negro cubrió el cielo en toda la zona, donde se reforzaron las fuerzas policiales y los equipos de bomberos.

Aunque, aparentemente, la gente estaba pudiendo salir de la zona inmediata de peligro, no podían dirigirse hasta la capital local, Mitilene, debido al cordón policial que bloquea todo acceso a la ciudad para evitar una propagación del coronavirus.

Las personas que tuvieron que huir se unieron a los miles de migrantes que esperaban ser trasladados a carpas o los barcos que servirán de alojamiento provisional.

Se esperaba que un unas horas llegasen a Lesbos los tres barcos -un ferri comercial y dos embarcaciones de la Armada- que albergarán provisionalmente a alrededor de un millar de las en torno a 3.500 personas que se han quedado sin techo.

El plan del Gobierno es que el resto se quede en los alrededores de Moria en carpas traídas de otras islas.

El primer incendio

En el incendio de la madrugada anterior, que milagrosamente no dejó víctimas, quedó destruido el 80% del recinto interior del campo, pero muchas zonas del olivar que lo rodea, donde vivía la mayoría de los migrantes, pudieron salvarse.

El campo llevaba una semana en cuarentena tras la aparición de un primer caso de COVID-19 en un refugiado somalí y la detección posterior de 35 personas que habían entrado en contacto con él.

El incendio estalló precisamente después de que las autoridades comunicaran a estas personas que debían ser aisladas, una circunstancia que el Gobierno heleno considera una prueba de que fue intencionado.

Según informó este miércoles el ministro de Migración, Notis Mitarakis, hasta el momento las autoridades solo han dado con 8 de estas 35 personas. El resto están mezclados al parecer entre el resto de la población que huyó del campo.

Mitarakis señaló que se calcula que de las cerca de 13.000 personas que se encontraban en Moria se han quedado sin techo unas 3.500, las que estaban albergadas en el recinto cercado. El resto vivía esparcido en el olivar.

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