La fundación que agrupa a más de 10.000 agricultores y 45 empresas del Campo de Cartagena indica que la agricultura del futuro debe apostar por la innovación, la sostenibilidad, la cercanía, la eficiencia y la seguridad.

"Hay que hacer un uso respetuoso, inteligente y sostenible de los recursos naturales de los que disponemos, especialmente el agua", analiza el presidente de la organización, Adolfo García, quien explica que ante el reto demográfico y el incremento de la demanda mundial de alimentos, la agricultura tiene que "producir más con menos".

En esto contexto, la innovación tecnológica ha de jugar un rol fundamental, según García, puesto que la agricultura moderna ha desarrollado un potente impulso de la I+D+i dirigido a mejorar "la seguridad y calidad alimentaria, el respeto por el entorno y a aportar un valor añadido"

A ese respecto, Fundación Ingenio recuerda que España es un país agrícola con el 33% del territorio dedicado a tierras de cultivo, situándose como el segundo país europeo en términos de superficie, además de uno de los países europeos donde el sector agrícola goza de mayor peso.

En agricultura ecológica, España está a la cabeza del ranking europeo y el cuarto puesto mundial, con más de 2 millones de hectáreas dedicadas a este tipo de cultivo.

"En los últimos años, los agricultores españoles han hecho una apuesta relevante por desarrollar una agricultura más sostenible, reduciendo el impacto ambiental y utilizando riego localizado", puntualiza el presidente. En este sentido, Murcia, y el Campo de Cartagena están a la vanguardia, con un 98% de riego localizado.

En lo referente a innovación, más del 60% de las empresas agroalimentarias españolas realiza actividades de I+D+i de forma constante. "Una de las aplicaciones tecnológicas más extendidas es el riego por goteo donde somos referentes mundiales junto a Israel", indica García.

Por último, el presidente de Fundación Ingenio aboga por una legislación medioambiental que destaque el papel estratégico de la agricultura, mientras que advierte de que algunas normativas, como el nuevo Decreto Ley de protección del Mar Menor, pueden producir efectos "inconscientes y peligrosos" para el sector.