Atrás quedaron los días del maquillaje de Instagram donde la piel estaba sobrecargada y con un aspecto totalmente mate y aterciopelado. Ahora, los maquilladores están apostando por pieles más ligeras, saludables y, sobre todo, con mucho glow.

Desde las principales pasarelas de la Semana de la moda, lo que viene predominando desde hace algunos años es una piel perfecta, cuidada y jugosa. Esta tendencia se ha visto reforzada por la moda del maquillaje coreano, dejándonos con la glass skin, o piel de cristal (llamada así por la cantidad de brillo que tiene), que no ha hecho más que sumar multitud de adeptas.

Esta tendencia ha evolucionado, y ahora lo último en maquillaje es el efecto "piel de delfín": una piel húmeda, mojada y llena de luz… como la de los delfines.

Lo primero para conseguir este resultado es la preparación de la piel: el cuidado diario es primordial para tenerla saludable y brillante. Tras la limpieza facial es importante aplicarse un tónico para cerrar los poros y a continuación un sérum que nos ayude a tratar la piel y darle luminosidad, como los que llevan vitamina C. A continuación, hay que aplicar uno de los pasos más importantes: la crema hidratante. Nos tenemos que fijar en nuestro tipo de piel para escoger la crema que mejor nos venga.

Cuando nos vayamos a maquillar, antes de todo habría que aplicar un primer luminoso o hidratante para ayudar a la base para que obtenga el efecto que nosotros deseamos. Después, mezclamos un poco de iluminador líquido con la base para aportarle más jugosidad y glow.

Ahora, toca volver a iluminar los puntos claves de nuestro rostro como los pómulos, la punta de la nariz, el lagrimal del ojo y el arco de la ceja con un iluminador líquido o en crema para evitar el glitter o la purpurina que pueden dejar los iluminadores en polvo. Además, este formato acaba absorbiendo la hidratación donde los pongamos y muestran la textura de la piel.

Para lograr un efecto buena cara debemos aplicar colorete en crema. Así contribuye a dar color y salud al rostro, además de hidratar nuestras mejillas. Los mejores colores para conseguir esto son los rojizos, los rosados o los ocres.

Para dar un aspecto jugoso e hidratado no podemos olvidar los labios, y como no, el encargado de conseguir ese efecto es un gloss. Si además escogemos uno que potencie su volumen, mucho mejor.

Finalmente, deberemos aplicar una bruma facial para añadir una textura húmeda extra. Además de hidratar la piel, también ayudará a fijar el maquillaje, por lo que nos durará mucho más tiempo.