El eje que conforman las avenidas Giorgeta y Pérez Galdós, y que suma cinco kilómetros en ambos sentidos entre la calle San Vicente y el Paseo de la Pechina, se va a transformar en una primera fase con una actuación de urbanismo táctico, es decir, con separadores y pintura, para avanzar la ampliación del espacio peatonal y ciclista sin necesidad de acometer el proyecto definitivo, que llegará más adelante pero que se va a activar en paralelo.

Para esa futura reforma integral final, el área de Urbanismo va a convocar un concurso de ideas que incluirá la eliminación del polémico túnel, tal y como ha trasladado este jueves la vicealcaldesa y responsable de esta área, Sandra Gómez, a los colectivos vecinales integrados en la plataforma Fuera Túnel, con quienes se ha reunido. 

La pacificación inicial de este importante eje tendrá, según Gómez, un presupuesto que no superará el medio millón de euros, frente al proyecto de reurbanización definitivo, que se calcula en unos siete millones de euros.  "Es una forma fácil, ágil y efectiva de poder adelantar esa pacificación sin esperar a la reforma definitiva que, en todo caso, va a llegar con el concurso de ideas", ha explicado Gómez.

Por el momento, el área de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de València ha entregado a Desarrollo Urbano la nueva planta viaria, redefinida para este tipo de intervención provisional, con el objetivo de humanizar esta auténtica autopista urbana y convertirla en un bulevar.

Es decir, con aceras más anchas, eje ciclista compartido con el carril EMT-taxi y nuevos pasos de peatones que permitan permeabilizar un recorrido que en la actualidad solo está concebido para el tráfico motorizado.

Se trata de una reivindicación vecinal histórica que llevan poniendo sobre la mesa colectivos como Fuera Túnel o las propias entidades vecinales englobadas en la Federación de Asociaciones de Vecinos de València desde hace años y cuya tramitación burocrática ha demorado la intervención. 

El ruido y la contaminación que provoca el elevado tráfico que soporta este vial, así como las dificultades para la movilidad peatonal, agravadas con la mayor necesidad de distancia por la pandemia, han sido las principales quejas ciudadanas.

Según ha explicado el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, el objetivo es separar el tráfico de las viviendas, algo que se conseguirá con la ampliación de las aceras hasta los cuatro metros sumando ambas franjas. Como la configuración de las avenidas no es uniforme, en algunos puntos crecerán un 40% y en otros hasta un 100%. 

Además, se habilitarán dos ejes ciclables unidireccionales en ambos sentidos, compartidos con el carril EMT-taxi, en la línea de la actuación de las grandes vías Fernando el Católico y Ramón y Cajal, y que se conectarán con futuras ampliaciones a la altura de la avenida del Cid, la calle Cuenca y la avenida Tres Forques.

Este incremento de la movilidad peatonal y ciclista irá en detrimento de los carriles para coches, que pasan de tres a dos por sentido, y de tres a uno en la zona superior del túnel, donde se habilita zona para estacionamiento.

La estrechez de las actuales aceras va unida al elevado número de accesos a garajes, paradas de la EMT y falta de pasos de peatones, lo que genera problemas de accesibilidad y seguridad, ya que algunas personas cruzan por en medio de la avenida. 

Ante esta compleja configuración, se retirarán los más de 600 bolardos actualmente existentes, se habilitarán siete nuevos pasos de peatones con semáforos y se ganará espacio peatonal en plazoletas y paradas de autobús en curva que se habilitarán junto a las aceras.

En este sentido, habrá nuevos pasos de peatones en cruces, como a la altura de San José de la Montaña, o en la gran intersección de la calle Carcaixent con Girogeta. Estos itinerarios buscan seguir las líneas de deseo de los peatones, recreciendo los ya existentes en las aceras para enlazar con los nuevos.

Además, de las 17 paradas de la EMT existentes en las dos avenidas, se desplazarán siete para hacerlas más accesibles a la hora de subir y bajar de los autobuses.

El futuro del túnel

Respecto al túnel, en la pacificación inicial no se alterará su uso, pero desde Movilidad también se apuesta por eliminarlo a largo plazo. "Creemos que ya es el momento de cerrar este túnel, estamos de acuerdo con el vecindario. Yo creo que se tendría que cerrar, ya veríamos qué se hace con él, se ha hablado de una actuación para depósito de tormentas…", ha apuntado Grezzi. 

En su opinión, el problema del túnel "es que aumenta mucho el tránsito por la ciudad cuando tenemos rondas de circunvalación para circular que están preparadas para absorber el tráfico que se genera en el interior de la ciudad. Es el momento de superar esa concepción de autopistas urbanas y entrar en el siglo XXI como se está haciendo en muchos lugares del mundo", ha añadido.

"El espíritu de esta actuación va en la línea de humanizar estas autopistas urbanas y que la ciudad sea cada vez más para las personas y menos para los coches", ha afirmado el edil.

Los plazos de la actuación y el reparto del coste de la misma están todavía por definir entre los departamentos de Movilidad y Urbanismo. "La voluntad, si se desbloquean estas cuestiones, es hacerlo lo antes posible porque está maduro, se han generado unas expectativas y el Gobierno local está de acuerdo", sostiene Grezzi.