Con la ilusión de quien siente que está cumpliendo uno de sus grandes sueños profesionales y la responsabilidad que da coger la batuta frente "al capitán de capitanes", el bailaor, coreógrafo y director artístico, Ángel Rojas, afronta el desafío de dirigir por primera vez a Farruquito en su nueva propuesta para la Bienal, informa en un comunicado.

Así, el madrileño, que confiesa su absoluta admiración por el "referente de todos los bailaores de este tiempo", asegura recibir el encargo como un halago y sentirse "entusiasmado" por el proyecto que están desempeñando juntos. En este sentido, el artista, que cuenta ya con una consolidada trayectoria como coreógrafo y director artístico, resalta la "sensibilidad, la sencillez y también la exigencia" de Farruquito.

"Me consta que antes de decidir llamarme estudió todas las obras en las que yo había participado hasta estar seguro. De hecho, es la primera vez que cuenta con alguien para que le dirija". "En cuanto hablamos hubo conexión y para mí es un lujo trabajar con Juan porque vive entregado a su arte", relata Rojas.

Por otra parte, la artista almeriense se recrea en sus orígenes lusos por parte de padre, adentrándose de lleno en la cultura portuguesa y en sus tradiciones. Para ello, unirá en el escenario el flamenco "con olor a fado", con la cerámica de ambos países como pretexto estético, sin llegar a construir una fusión más, sino por la necesidad de la creadora de dejar aflorar sus dos mitades, la portuguesa y la andaluza.

'Oro sobre azul' es la expresión que utilizan los portugueses para señalar que tiene las proporciones perfectas. Anabel Veloso, hija de padre lisboeta y criada en Andalucía, mostrará al público sus dos raíces. "Nos meteremos de lleno en la cultura de Portugal, en la cultura del azulejo, en cómo se forman los pueblos, las migraciones humanas, en su origen y vertiente antropológica a través de la danza y una visión estética y sonora acorde con nuestro tiempo", ha explicado.

Esta última creación de la compañía de Veloso cierra una trilogía de piezascoreográficas -'Delicatessen' (2017); '24 Quilates' (2019) y 'Oro sobre Azul' (2020)- que, sin haber sido concebidas a propósito para ello, "tienen en común la búsqueda de loexquisito, lo bueno o lo especial para poder trasladarlo al público".