"Nosotros no queremos poner en marcha medidas coercitivas, pero obviamente, si se necesitaran habrán de cursarse, porque es obligación atender el derecho a la educación de cualquier niño". Así lo planteó este lunes la ministra de Educación, Isabel Celaá, en referencia a la posibilidad de que el temor al posible contagio de Covid-19 provoque un aumento del absentismo escolar cuando en las próximas semanas se inicie el curso.
En su comparecencia ante la comisión de Educación del Congreso para dar cuenta de los planes para el inicio del año académico, Celaá quiso tranquilizar a los padres insistiendo en que los centros educativos van a ser "lugares seguros" con medidas como el uso obligatorio de las mascarillas para los alumnos mayores de seis años o el establecimiento de grupos burbuja en educación infantil. Pero también recordó que la asistencia a clase es obligatoria.
"Los beneficios de atender a la escuela son mucho mayores que los posibles riesgos asociados a la pandemia", sostuvo la ministra, y no se descarta sancionar a los padres que no permitan a sus hijos ejercer su "derecho a la educación", ya que es "obligación" del Estado garantizarlo.
"Pero preferimos que sea por convencimiento, que las familias sepan que la educación es un beneficio y que los niños felices se hacen en la escuela", señaló Celaá, que este lunes también insistió en que el cierre de un colegio solo se contemplará como última opción y cuando exista un contagio descontrolado en el centro.
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