Desde el Gobierno de Aragón han informado que los números registrados el pasado mes de mayo constituyen un incremento del 60 por ciento respecto a las cifras del mismo mes en 2019 -se contabilizaron 341 llamadas-.

Asimismo, mayo también ha sido el mes donde las mujeres demandaron más atención social, jurídica y psicológica, con 425 llamadas en este tipo de prestaciones, por delante de abril y junio, donde este tipo de llamadas estuvieron en el entorno de las 220 mensuales.

CONFINAMIENTO

Por su parte, la directora del Instituto Aragonés de la Mujer, María Goikoetxea ha considerado que estos datos "constatan que durante el confinamiento se recrudeció la violencia machista y las mujeres, si no se toman las medidas oportunas, quedan muy desprotegidas", ha apuntado.

En el periodo de confinamiento, dicha entidad reforzó este servicio, así como las diversas soluciones de urgencia, sobre todo, habitacionales, para las mujeres y sus hijos, en caso de estar sufriendo violencia machista.

Entre marzo y julio, solo el mes de marzo ha contabilizado más llamadas en 2019 -326- que las habidas en 2020 -307-, un dato que en opinión de Goikoetxea está "lejos de ser una buena noticia y se debió a la inseguridad, miedo e incertidumbre generada por la declaración del estado de alarma en aquellas mujeres que estaban sufriendo violencia de género. Es verdad que el confinamiento les protegía de la enfermedad pero también les condenaba a estar conviviendo 24 horas diarias con su agresor", ha argumentado.

EMERGENCIA

El número de llamadas fue creciendo a la par que se prolongaban las semanas de confinamiento. En abril, el IAM ha recibido 371 llamadas, frente a las 219 de abril de 2019, con el agravante de que 178 llamadas del pasado mes de abril se produjeron en situaciones de emergencia, que necesitaban, por tanto, una respuesta inmediata.

En la comparativa de junio de 2020 y 2019, se observa una disminución en las diferencias. El año pasado, este Instituto contabilizó 406 llamadas, mientras que este año se registraron 425, de las cuales aproximadamente la mitad -218- fueron consideradas de emergencia.

Las diferencias volvieron a ser más significativas en relación con el mes de julio. En este caso, si bien las llamadas telefónicas ascendieron a 408 en 2019, las comunicaciones ascendieron a 532 el pasado mes, un 30% más.

PRECARIEDAD

Por otro lado, Goikoetxea ha estimado que en situaciones y escenarios como los creados por la COVID-19, "las mujeres sufren mayor precariedad y pobreza laboral y quedan situadas con mayores desventajas para afrontar un nuevo periodo de crisis, especialmente, las mujeres jóvenes, las mujeres trans, migrantes o quienes padecen algún tipo de discapacidad".

"Los condicionantes de género determinan la diferencia del impacto de la crisis entre mujeres y hombres. A estas situaciones hay que añadir que desde el estado de alarma y durante el confinamiento las mujeres siguieron sufriendo la violencia machista", ha precisado la directora del IAM.

ALOJAMIENTOS

Durante estos meses el Instituto Aragonés de la Mujer ha llevado a cabo una readaptación de los recursos existentes y, ante la evidencia de contagios entre mujeres, ha aumentado el número de plazas en pisos -26 plazas más en Zaragoza, 8 en Huesca y algunas habitaciones de hotel en Teruel, para aislar a mujeres contagiadas sin recursos o con sospecha de contagio-.

Además, en colaboración con otras entidades que trabajan en este ámbito, se habilitó una serie de alojamientos alternativos de emergencia para atender a situaciones provocadas o agravadas por la COVID-19, como es el caso de mujeres que perdieron sus ingresos y quedaron en riesgo intenso de exclusión o mujeres que ejercían la prostitución. En ambos casos, estos recursos habitaciones fueron pioneros a nivel estatal.