El ascenso nacional de Almeida, "alcalde de España" y nueva voz del PP

Imagen de recurso del presidente del Partido Popular, Pablo Casado (izq) y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (dech).
Imagen de recurso del presidente del Partido Popular, Pablo Casado (izq) y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (dech). l Jesús Hellín - Europa Press - Archivo
Imagen de recurso del presidente del Partido Popular, Pablo Casado (izq) y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (dech).

De Manuela Carmena, ex regidora de Madrid, siempre se dijo que fue Esperanza Aguirre quien la convirtió en alcaldesa. Era una desconocida para la mayoría de votantes de la capital antes las elecciones municipales de 2015. Sin embargo, la obsesión de la lideresa por ella y su demonización constante fueron dos hechos que la convirtieron en vencedora. De no tener opciones en la primera semana de la campaña de esos comicios, a verse ganadora en los siete días previos a las urnas. Y así fue. Pese a no ser la más votada (Aguirre sacó casi 45.000 papeletas más), sus 20 concejales alcanzaron la mayoría absoluta gracias a los otros nueve del PSOE.

Algo parecido le pasó a José Luis Martínez-Almeida, a quien le aupó a la Alcaldía el desdén con el que la izquierda le trató en los meses previos en las municipales del pasado año y en la campaña. Más Madrid se veía como única opción y eso lo aprovechó el otrora líder de la oposición para sorprender. Pese a que todas las encuestas daban por vencedora a Carmena, el sábado de reflexión el equipo de Almeida ya manejaba trackings internos que le otorgaban el triunfo. Así fue. Pese a tampoco ser la opción mayoritaria en el escrutinio, su suma con Ciudadanos, a quien metió en el Gobierno, y con Vox, le hizo obtener el bastón de mando.

Un final que era difícilmente imaginable el 28 de abril de 2017. Esperanza Aguirre había dimitido por la detención en el marco del 'Caso Lezo' de Ignacio González, su número dos en su época como presidenta autonómica, por lo que la portavocía del grupo municipal y, por ende, la oposición a Carmena había quedado vacía. Ni Mariano Rajoy, entonces presidente del Gobierno, ni Cristina Cifuentes, presidenta del PP de Madrid, quisieron designar al sucesor de la lideresa y lo dejaron en manos de los 20 concejales populares. Almeida obtuvo una ajustada victoria en una votación que fue secreta: con 10 votos superó en dos a Íñigo Henríquez de Luna, que tuvo 8. Más tarde, no contó con él en su lista y acabó como diputado autonómico de Vox en el parlamento madrileño.

Desde entonces, ganó el perfil de azote de la antigua regidora con una dura oposición en la que le acusó, por ejemplo, de "castrista"; de poner "alfombra roja a golpistas", en referencia a Carles Puigdemont; y de generar un "efecto llamada" de la okupación. Eso hizo que su llegada al Palacio de Cibeles no fuera aceptada por determinada parte de la izquierda, que se movilizó en la calle hasta que llegó la pandemia, otro golpe inesperado del que Almeida supo salir reforzado con sentido común.

En un escenario político totalmente enfrentado, sacó la bandera blanca y tendió puentes con la oposición, con quien tenía comunicación directa. Tanto, que marcó el camino a las autonomías y al Gobierno central logrando aglutinar a los cinco partidos políticos representados en el Consistorio (desde Más Madrid a Vox) en los llamados Acuerdos de la Villa, que se firmaron en presencia de Alberto Ruiz-Gallardón y Manuela Carmena.

Quizás por ello se convirtió en, como le llama su compañera, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, "el alcalde de España", a lo que también ayudaron determinadas imágenes colgadas por algunos de sus concejales del regidor arremangado ayudando a los vecinos a, por ejemplo, repartir comida, y en uno de los pocos cargos del PP que salió reforzado de la crisis, disparando su popularidad. Esto le ha valido el ascenso a la política nacional, que ya entre los periodistas locales capitalinos era una apuesta común.

Ayer, en el comunicado del PP en el que se informaba el cese de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso y su sustitución a cargo de Cuca Gamarra, también se anunció que la portavocía de la formación recaía en Almeida, que entra de lleno así en la dirección y vuelve así cerca de Pablo Casado, quien antaño apostó por él como candidato y quien ahora quiere apostar por perfiles considerados "moderados" para intentar recuperar el Palacio de la Moncloa. Esto, no obstante, no supone la salida de Pablo Montesinos, que seguirá en la dirección.

Fuentes cercanas al alcalde aseguran a 20Minutos que Almeida está "muy satisfecho, responsabilizado y agradecido" a Casado, un mensaje similar al que twitteó tras hacerse público el movimiento: "Espero estar a la altura".

No tan contentos se mostraron en la oposición, que en bloque señaló la "dificultad" de ser "el alcalde de todos" siendo "el portavoz de un partido", como señaló Jorge García Castaño, edil de Más Madrid. "¿Se puede ser alcalde de todos y portavoz de un solo partido?", se preguntaba también Mónica García, líder de Más Madrid Comunidad. Ante estas críticas, personas cercanas al regidor explican que Madrid es "la prioridad" de Almeida y que "no piensa dejar de dedicar ni un minuto al Ayuntamiento". Además, señalan que "puede tener una vida de partido como la tienen tantos cargos del país, vicepresidentes, ministros, presidentes autonómicos...". Óscar Puente, alcalde de Valladolid y portavoz del PSOE, "es otro ejemplo".

Con todo, no será la primera vez que el abogado del Estado ataque desde la política municipal al presidente del Gobierno. Ya en la oposición le llamó "hortera de medio pelo" y ahora como alcalde ha liderado la revolución de ayuntamientos de todos los colores para poder utilizar su superávit como ellos quieran.

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