La nube de gas cósmica conectada a un agujero negro que desconcierta a los astrofísicos

El microquasar SS 433 (al fondo) se balancea con un período de 162 días.
El microquasar SS 433 (al fondo) se balancea con un período de 162 días.
DESY, SCIENCE COMMUNICATION LAB
El microquasar SS 433 (al fondo) se balancea con un período de 162 días.

Un misterioso latido de rayos gamma proveniente de una nube de gas en la constelación de Aquila late con el ritmo de un agujero negro vecino en precesión, lo que indica una conexión entre ambos objetos.

Según el equipo dirigido por Jian Li, del Deutsches Elektronen-Synchrotron Humboldt, y el profesor Diego F. Torres del Instituto de Ciencias Espaciales. (IEEC-CSIC), resulta enigmático cómo el agujero negro impulsa los latidos de rayos gamma de la nube a una distancia de unos 100 años luz, tal y como informan en la revista Nature Astronomy.

El equipo de investigación, compuesto por científicos de Alemania, España, China y EE.UU., analizó rigurosamente más de 10 años de datos del telescopio espacial de rayos gamma Fermi de la NASA, de la administración espacial estadounidense, en un llamado microcuásar.

El sistema catalogado como SS 433 se encuentra a unos 15.000 años luz de distancia en la Vía Láctea y consta de una estrella gigante con aproximadamente 30 veces la masa de nuestro sol y un agujero negro con aproximadamente 10 a 20 masas solares. Los dos objetos están orbitando entre sí con un período de 13 días, mientras que el agujero negro succiona materia de la estrella gigante.

"Este material se acumula en un disco de acreción antes de caer en el agujero negro, como agua en un remolino sobre el desagüe de una bañera", explica Li en un comunicado. "Sin embargo, una parte de esa materia no cae por el desagüe sino que sale disparada a alta velocidad en dos chorros estrechos en direcciones opuestas por encima y por debajo del disco de acreción giratorio".

Este escenario es conocido por las galaxias activas llamadas cuásares con monstruosos agujeros negros con millones de masas solares en sus centros que disparan chorros de decenas de miles de años luz hacia el cosmos. Como SS 433 parece una versión reducida de estos quásares, se le ha denominado microcuásar.

Se requieren más observaciones, así como trabajo teórico, para explicar completamente el extraño latido del corazón de rayos gamma de este sistema único más allá de este descubrimiento inicial. "SS 433 sigue asombrando a los observadores en todas las frecuencias y a los teóricos por igual", enfatiza Li.

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