Los hechos se remontan a las noches del 7 y 10 de agosto cuando los agentes fueron requeridos para dos peleas entre dos grupos en la calle Bassegoda de Girona, y en la primera de ellas se detuvo a un joven como presunto autor de un delito de lesiones por golpear con una muleta a otro.

Los Mossos, a raíz de estos dos incidentes y otros similares en los últimos meses, iniciaron una investigación e identificaron a las dos partes implicadas.

Los agentes averiguaron que una de las partes afectadas había sido víctima de una estafa y actualmente era víctima de diversas coacciones y amenazas junto con su familia por parte de dos jóvenes que vivían en el mismo bloque.

Los Mossos supieron que los dos jóvenes, de nacionalidad marroquí, forzaban las puertas de los pisos vacíos en el edificio para ocuparlos y, posteriormente, alquilarlos para hacer negocio.

Los detenidos entregaron las llaves de uno de los pisos ocupados a esta familia a cambio de 1.500 euros, y una vez instalada, la amenazó y coaccionó con diversos cortes en los suministros y amenazas con arma blanca para que se marchasen y disponer de nuevo del piso.

Los detenidos, a los que se acusa como presuntos autores de un delito de estafa, amenazas y coacciones, quedaron en libertad con cargos tras pasar a disposición del juez de guardia.