Unos 30.000 musulmanes celebran hoy en Melilla el Aid El Kebir o Fiesta del Sacrificio, considerada en el Islam como la Pascua Grande para todos los fieles. Tiene su origen en el pasaje bíblico en el que Dios le pide a Abraham que, como prueba de fidelidad, sacrifique a uno de sus hijos que, sin embargo, es sustituido por un cordero.

La llamada del muecín a la oración de la mañana, el Salat Ait, ha roto el silencio de la mañana para dar paso a un rezo multitudinario que ha congregado a más de cinco mil personas junto al campo de fútbol próximo al acuartelamiento de La Legión.

Tras el rezo, más de 5.000 animales han sido degollados en azoteas, garajes o incluso calles, por lo que Melilla se convierte, junto con Ceuta, en la ciudad española donde un mayor número de sacrificios se han llevado a cabo, pese a lo reducido de su territorio.

El matadero municipal también se ha preparado como todos los años para este ritual, aunque son pocas las familias que opta por hacer uso de las instalaciones, ya que prefieren seguir la tradición y desollar al cordero en casa.

Fiesta oficiosa

Aunque la fecha no está marcada en el calendario como festiva, la realidad es que la ciudad autónoma, de unos 70.000 habitantes, está hoy prácticamente cerrada, ya que los comercios regentados por musulmanes no han abierto sus puertas, mientras que en la Administración autonómica la jornada es inhábil.

Asimismo, hoy resulta más difícil que nunca tomar un café o incluso coger un taxi, pero más sencillo aparcar en el centro o circular por las distintas calles, debido fundamentalmente a que los niños no han ido a clase, lo que ha aumentado para ellos el puente de la Constitución.

A partir de esta realidad, el propósito que se ha marcado el Gobierno melillense es que en el año 2010 la Pascua Grande de los musulmanes sea un día festivo en la ciudad, algo para lo que es necesario buscar la fórmula adecuada, ya que esta celebración se rige por el calendario lunar.

Realidad multicultural

De conseguirse el modo, Melilla comenzará oficialmente a reconocer su realidad multicultural en el calendario laboral, aunque mientras tanto se deja ver en el alumbrado que estos días adorna las distintas calles.

Adornos arabescos para la calle García Cabrelles, donde se encuentran muchos de los cafetines, mientras que flores de Pascua engalanan la avenida Juan Carlos I por Navidad o un "Feliz Januká" da la bienvenida junto a la sinagoga principal de Or Zoruah.

Tres religiones que este mismo mes celebran tres de sus fiestas más importantes en una ciudad de apenas 13 kilómetros cuadrados que se ha convertido precisamente por esa circunstancia en una mezcla de olores y sabores que hoy son mucho más evidentes.

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