La Empresa Municipal del Cementerio y Servicios Funerarios de Granada (Emucesa) se convertiría así en la primera de Andalucía en ofrecer este servicio, si prosperan las conversaciones con la firma suiza Algordanza, con sede en Chur (capital del cantón de los Grisones).

La presidenta de Algordanza Ibérica, Jasmine de La Vega, apunta que ésta es una opción cara, ya que "como mínimo cuesta 3.700 euros".

Además, la duración del proceso depende de los quilates de la joya que se desee, ya que un diamante de un quilate supone un trabajo que dura al menos diez semanas y que se basa en un análisis de las cenizas, a las que se le extrae el carbono que se trata y se transforma en joya.

De la Vega afirma que esta opción no debe resultar "tan rara" en España, donde "es bastante común tener relicarios en las casas" y que la buena aceptación de la propuesta, implantada en ciudades como Barcelona y Madrid, "traspasa fronteras y culturas".

El proceso respeta la naturaleza de las cenizas y no agrega color ni grafito, lo que conlleva que los diamantes sean siempre distintos unos de otros y tengan una tonalidad azulada por la presencia de boro en el organismo.

Además, el servicio incluye la entrega a la familia de la joya de manera personal, un análisis químico con las características de las cenizas y un certificado del Instituto Gemológico Suizo, así como la posibilidad de grabar con láser una inscripción microscópica.

La Empresa Municipal del Cementerio y Servicios Funerarios de Granada (Emucesa) siempre ha estado "a la última" en ofrecer a sus clientes opciones innovadoras. A finales de 2004 incluyeron la posibilidad de que familiares y amigos pudieran despedir a sus allegados con los textos y la música preferidos del fallecido antes de su cremación.