La alternativa considerada en los estudios como más adecuada tiene una longitud de 6,2 kilómetros, comienza en la autovía A-2, en el enlace con la carretera Gi-555, y finaliza en el enlace este de la futura variante de la C-63 en Santa Coloma de Farners, y prevé dos nuevos enlaces para facilitar la conectividad.
Esta variante permitiría evitar el tráfico de paso por los núcleos de Sils y Riudarenes, liberando las travesías en estas poblaciones y mejorando la seguridad vial, y tiene una inversión de unos 37 millones de euros.
La segunda alternativa difiere de la primera en el tramo 1, que conecta la A-2 en el actual enlace con la carretera C-63, disponiendo de un nuevo trazado por el este de Sils hasta llegar a la Gi-555, y tendría una inversión estimada de 52 millones de euros.
La Generalitat ha dado un plazo de 45 días para que las partes puedan consultar las alternativas y para la presentación de otras propuestas para mejorar este tramo.
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