En concreto, la Patrulla Fiscal y Fronteras de la Guardia Civil de Santa María de Guía (Gran Canaria) ha realizado 12 inspecciones en materia sanitaria y fiscal de Impuestos sobre labores de tabaco y otras medidas tributarias, de las que once se realizaron en locales de ocio o venta ubicados en Las Palmas de Gran Canaria, mientras que otro se hizo en La Aldea de San Nicolás, aprehendiendo más de 10.000 productos de tabaco que carecían de precintas fiscales, que habían quedado derogadas o contradecían la Ley 28/2005 de medidas sanitarias frente al tabaquismo reguladora de la venta.

Así, las 12 inspecciones dieron lugar a 28 denuncias, de las que 12 son infracciones administrativas por precinta fiscal antigua, siendo remitidas a la Agencia Tributaria Canaria en unión a los cigarrillos intervenidos que en su mayoría tenían la precinta antigua, ya que el producto debe incorporar medidas de seguridad adicionales, interviniéndose más de 9.000 cajetillas de tabaco que han quedado a disposición de dicha Agencia.

Se tramitaron otras 12 infracciones por la Ley de Contrabando en relación a la picadura de liar, localizando 823 paquetes de picadura de liar que han quedado en unión de las infracciones administrativas a disposición de la Dependencia Regional de Aduanas e Impuestos especiales de Las Palmas por carecer de las mismas.

Además de cuatro denuncias a la Ley 28/2005 de Medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta por la intervención de cigarrillos mentolados, interviniendo las cajetillas de tabaco, que han sido puestas a disposición de la Dirección General de Salud Pública de Las Palmas.

Estas inspecciones se desarrollaron en el marco de comprobación del cumplimiento de la nueva normativa de tabaco y sus modificaciones desarrollada por la Comisión Europea que afecta a los cigarrillos y a la picadura para liar a partir del 20 de mayo de 2019 en la que se regula la trazabilidad y las medidas de seguridad de los productos del tabaco incluidas en las precintas fiscales, según informó la Guardia Civil en nota de prensa.

En concreto, la normativa exige marcar todos los envases con un código identificador único y obliga a todos los operadores, así como a sus instalaciones a estar registrados debiendo trazar el movimiento de los productos del tabaco a lo largo de la cadena de suministro hasta la puesta a disposición del consumidor. Los productos también deberán incorporar una trazabilidad de medidas de seguridad adicionales que irán en las precintas fiscales.

Además la normativa de la Comisión Europea decidió acabar con los cigarrillos con sabores y aromas, si bien los cigarros mentolados tuvieron una moratoria hasta 2020 y esta restricción de la venta de cajetillas de mentolado no afecta al tabaco para pipa de agua (conocida como cachimba), ni a los llamados 'productos de nueva generación', tales como el tabaco calentado del que existen mentoladas a la venta, ni a los cigarrillos electrónicos que no llevan tabaco sino líquidos.