Juan Diego Flórez pidió la mano de su novia, de rodillas, en Central Park

  • Lo ha confesado su esposa, Julia Trappe, a un diario alemán.
  • Además, el tenor la obsequió con un diamante.
  • Ambos se casaron esta primavera.
Juan Diego Florez y una imagen de su boda (ARCHIVO).
Juan Diego Florez y una imagen de su boda (ARCHIVO).
ARCHIVO
Juan Diego Florez y una imagen de su boda (ARCHIVO).
El tenor peruano Juan Diego Flórez, considerado una de las grandes voces de la ópera actual, pidió de rodillas la mano de su esposa, la modelo australiana de origen alemán
Julia Trappe, en el Central Park de Nueva York.
Nos subimos a un coche de caballos en Central Park y, a medianoche, se arrodilló
"Nos subimos a un coche de caballos en Central Park y, a medianoche, Juan Diego se arrodilló, tomó un diamante de una cajita y me preguntó si quería casarme con él", relata la novia, de 28 años, en una entrevista que publica la revista alemana
Bunte en su edición de esta semana.

Flórez y Trappe contrajeron matrimonio el pasado mes de abril en una gran ceremonia oficiada en la Catedral de Lima, a la que asistieron las más altas autoridades de Peruanas y unos ochocientos invitados.

La boda atrajo la atención de todo el país al tratarse de uno de artistas peruanos más reconocidos a nivel mundial.

Un año antes, el tenor y su novia sellaron en secreto su amor en un matrimonio civil en Viena tras cuatro de convivencia.

"Le dije que sí entre lágrimas", explica la modelo, que ahora ha adoptado el apellido de su marido.

Le dije que sí entre lágrimas
En la entrevista, la pareja recuerda el momento en que
se conocieron, en 2003, al término de una de las representaciones del tenor en la Staatsoper de Viena.

"Sólo había entradas de pie por 2 euros, pero yo quería ir a toda costa", comenta ella.

Encantado con la visita "sorpresa" de Julia a su camerino tras la función, él admite que su enamoramiento "fue un flechazo".

"Allí estaba sentada una preciosa mujer que no hablaba español, sino peruano", bromea el tenor, de 34 años, quien mostró su curiosidad por conocer la procedencia de la joven, para lo cual, corrió tras ella y le preguntó "si quería ir a cenar".

La pareja, que apenas ha gozado de luna de miel debido a los compromisos profesionales del tenor, está ya disfrutando de la vida de casados en su casa de Pesaro, en la costa adriática italiana.

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