Iglesias se querella contra el "instigador" de las concentraciones frente a su casa por acoso y otros cinco delitos

  • El vicepresidente denuncia que Miguel Frontera lleva más de dos meses acudiendo diariamente a su casa a insultarle.
  • El querellado habría usado un equipo de sonido para amplificar sus insultos e incluso habría grabado dentro de la casa.
  • La Guardia Civil lo detuvo hace unos días por trepar por la valla trasera del chalé.
Varias personas golpean cacerolas en señal de protesta junto al cordón establecido por la Guardia Civil en un perímetro de varias manzanas alrededor de la vivienda de Pablo Iglesias e Irene Montero en Galapagar.
Varias personas golpean cacerolas en señal de protesta junto a la vivienda de Pablo Iglesias e Irene Montero.
JOAQUÍN CORCHERO / EUROPA PRESS
Varias personas golpean cacerolas en señal de protesta junto al cordón establecido por la Guardia Civil en un perímetro de varias manzanas alrededor de la vivienda de Pablo Iglesias e Irene Montero en Galapagar.

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, presentó este miércoles una querella contra Miguel Frontera, a quien considera uno de los "instigadores" de las protestas que se suceden cada día desde hace dos meses frente a su domicilio. Iglesias acusa a Frontera de delitos de coacción, acoso, descubrimiento y revelación de secretos, desobediencia a la autoridad, alteración del orden público y delito contra los recursos naturales y el medio ambiente.

Según sostiene la querella, Frontera se persona "a diario, desde al menos el 15 de mayo de 2020" frente a la vivienda de Iglesias y la ministra de Igualdad, Irene Montero, "hostigando y profiriendo improperios como llamarle 'Garrapata' o términos de índole similar". En esas concentraciones participan otras personas, pero la querella va dirigida contra Frontera porque "desde el 5 de junio de 2020 se autoproclama como instigador de las protestas ilegitimas [...] a través de su cuenta de Twitter".

La querella recoge varios ejemplos de este presunto acoso. Se recuerda, por ejemplo, que Frontera explicó en sus redes sociales "cómo intenta burlar a las autoridades, para poder acercarse a la vivienda y saltar el perímetro de seguridad que han instalado las fuerzas de seguridad del Estado". También que, desde junio, el querellado utiliza un equipo de "megafonía con generador portátil que monta junto a la vivienda", en lo alto de un cerro, situado a unos 400 metros de la misma", para proferir insultos contra él.

Asimismo, se aporta un vídeo en el que se observa a Frontera con una bandera carlista, "usada por los requetés en la Guerra Civil Española", y "poniendo a un volumen muy elevado el himno de España". Y otro en el que "se observa al señor Frontera que está manipulando el equipo de sonido que maneja para su actuación y con cartel que dice literalmente: 'Irene Montero, ministra analfabeta cuyo mérito es tener las rodilleras gastadas'"

"El querellado también alardea en las redes sociales de ir en bicicleta a diferentes partes de la finca de la querellante con la única finalidad de acosar a la familia de nuestro representado gritando 'arriba España' y jactándose de huir de la Guardia Civil", y ha llegado a trepar "sobre la valla exterior trasera de la vivienda" y "grabar desde ahí el interior de la vivienda" de Iglesias, expone la querella. Esa última actuación conllevó que la Guardia Civil lo detuviera hace unos días.

Una plataforma de crowdfunding

"De forma paralela a estos hechos, Miguel Frontera ha creado una plataforma de crowdfunding de la que pretende obtener ingresos económicos para seguir dando soporte a las supuestas protestas", lo que implica que "se lucra, recabando aportaciones económicas de los ciudadanos, para financiar la actuación ilícita y delictiva que lleva a cabo", reprocha para finalizar la querella.

Para el vicepresidente segundo, "todas estas actuaciones que alteran el orden público, con marcado carácter de gamberrismo, intromisión y de lesión a los derechos de la familia" de Iglesias "y del resto de sus vecinos, no pueden ser confundidas con el legitimo derecho de reunión, manifestación y expresión". "Lo único que se dice" al convocar las protestas "es 'Vamos a la Gran Cacerolada en el Casoplón del Chepas'", lo que a juicio del querellante "demuestra que no es una protesta política sino una animadversión personal y de odio al vicepresidente del Gobierno de España y a su familia".

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