Un pequeño aeroplano ha caído desde el cielo en medio de una calle en Guabiruba (Santa Catarina) en Brasil. El descenso ha sido desde unos 1.000 pies de altura y antes de estrellarse contra la carretera ha chocado contra una red de cables eléctricos.

En ese punto de la carretera que cruza un área residencial había cuatro coches y una peatón en el momento del impacto pero en el aterrizaje de emergencia el avión pudo evitar todos los obstáculos. Se sospecha que el accidente se debió a un fallo en el motor.

El piloto Fábio Reis, de 35 años, y su pasajero, Alessandro Cunhago, de 33, pudieron salir de los restos del siniestro. Para sorpresa de los sanitarios Reis y Cunhago salieron de la cabina casi intacta por su cuenta antes de que llegaran.

Los paramédicos han explicado que cuando llegaron el piloto estaba frente al avión desorientado. Tenía abrasiones, sospecha de hemorragia interna y costillas fracturadas.

El copiloto, que también es piloto entrenado estaba sentado en la acera, quejándose de dolor en el cuello y las extremidades inferiores. Había sufrido laceraciones en la cara y lo que parecía ser una mandíbula rota. Tanto él como el piloto han sido trasladados al hospital. 

Tras el siniestro varios vecinos se acercaron y algunos espectadores dijeron que las personas en el avión tuvieron la suerte de que el avión no se incendiara por el escape de combustible.

El avión modelo Kolb Flyer, fabricado en 2009, tiene una capacidad de hasta 598kg y puede transportar a dos personas en su interior. Según la Agencia Nacional de Aviación Civil tenía todos los papeles en regla. 

Este mismo organismo ha comenzado una investigación que implicará la retirada de partes de la aeronave para su análisis, la recopilación de datos con registros fotográficos y las declaraciones de víctimas y testigos. El avión no tiene una caja negra.

Ambos hombres permanecen en el Hospital de Azambuja y el personal médico ha informado de que su salud es estable.