Las agresiones se llevaron a cabo los pasados días 23 y 26 de mayo, y una de las víctimas se trataba de un menor de edad. La banda anti-sistema los marcó como objetivos y los siguieron por varias calles esperando la oportunidad para agredirles e insultarles.
Los agentes ya tenían conocimiento de las actividades delictivas de los arrestados, pues ya habían llevado a cabo con anterioridad a estas detenciones actos violentos como peleas, lesiones, robos con violencia e intimidación y delitos de odio.
Este tipo de acciones eran denominadas por la propia banda como 'cacerías', lo que consistía en quedadas grupales con la intención de buscar personas de ideología contraria para provocar peleas, empleando en algunos de los casos machetes, cuchillos, cadenas, bates, así como otros objetos contundentes y prohibidos.
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