Los más pequeños ven más televisión de lo que parece y la mayor parte del tiempo, lo hacen sin la compañía de los adultos. Además los contenidos sensacionalistas y violentos influyen de manera determinante en su imaginario, con lo que se provocan actitudes de angustia.

Estas son algunas de las conclusiones del estudio Infancia Violencia y Televisión: los espacios informativos y los imaginarios de la violencia en los niños y adolescentes, realizado por investigadores de varias universidades españolas y la colaboración de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC).

Este estudio afirma que hay segmentos de edad (sobre todo entre los 10 y los 12 años) en los que niveles de visionado de televisión es similar a los de la población adulta tanto en franjas horarias como en contenidos.

De este modo los informativos es un asunto a tener muy a cuenta. Aunque por horario, suele ser un programa que se ve en familia, su contenido, no preparado para niños, tiene mucha influencia en ellos. ¿Las razones? Porque no tienen la suficiente capacidad para distinguir realidad y ficción, de ver las consecuencias de la violencia y las consideraciones éticas de lo que ven. Por ello cobra mayor importancia la necesidad de que al ver estos programas haya adultos con ellos.

Horarios protegidos por ley

Además de la responsabilidad de los padres está la ley, que establece un horario de protección del menor que va de las seis de la mañana a las diez de la noche.  En esa franja no deberían emitirse contenidos que puedan perjudicar el desarrollo físico, mental o moral de los menores.

Dentro de ese horario (de seis de la mañana a diez de la noche), hay dos franjas de superprotección: de lunes a viernes de 8.00 a 9.00 horas y de 17.00 horas a 20.00 horas; los fines de semana y festivos de 9.00 a 12.00 horas.