El obispo de La Rioja recuerda a fallecidos por Covid-19 y pide "protección para nuestros mayores y todos los riojanos"

El obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Carlos Escribano, ha elevado este domingo una oración "por los difuntos y sus familias" víctimas de la pandemia del coronavirus y, en concreto, "por los 366 fallecidos en La Rioja" a la vez que ha pedido "protección para nuestros mayores y para todos los riojanos" con el fin de "salir de esta crisis tan dolorosa".
El obispo de La Rioja, Carlos Escribano
El obispo de La Rioja, Carlos Escribano
DIÓCESIS DE CALAHORRA Y LA CALZADA-LOGROÑO
El obispo de La Rioja, Carlos Escribano

Carlos Escribano ha oficiado este domingo una misa por las víctimas del Covid-19 en la Concatedral de La Redonda, uniéndose así a la propuesta de la Conferencia Episcopal Española, y celebrando una jornada por los afectados en el día que se homenajea a los santos Joaquín y Ana, patronos de los abuelos, y en el que tradicionalmente se recuerda a nuestros mayores.

En la misa han participado numerosas autoridades regionales, como la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, y el presidente del Parlamento regional, Jesús María García.

El obispo ha recordado que, desde el pasado mes de marzo, cuando se decretó el estado de alarma en nuestro país, "ha sido mucho el sufrimiento que ha padecido la sociedad española y la riojana".

Además, "hemos podido contemplar, con gran dolor, cómo los más afectados por este virus han sido los mayores, falleciendo un gran número de ellos en residencias, hospitales o en sus propios domicilios".

"También nuestros mayores debido a las circunstancias tan excepcionales, son los que más han sufrido el drama de la soledad y la distancia de sus seres queridos", ha reflexionado.

Por ello hoy, "el primer recuerdo es para ellos". "Hoy queremos rezar por ellos y por sus familias, agradecerles todo el esfuerzo que hicieron por dejar un futuro más próspero a nuestras generaciones y llevar a sus familiares el consuelo y el abrazo de todos".

Todo en un momento en el que, como ha recordado, "debemos extremar la prudencia en nuestro modo de relacionarnos, siguiendo las premias del inicio de la pandemia: Cuidarnos para cuidar a los demás".

Durante su homilía, el obispo ha explicado que "sin quererlo" nos hemos adentrado en la escuela de fragilidad y vulnerabilidad. Una escuela que nos ha abierto los ojos, con mucho dolor y sufrimiento, ante una dura realidad" pero que también "ha supuesto una enseñanza que, paradójicamente, nos puede mover en la esperanza porque, esta enseñanza nos permite redescubrir lo esencial, los verdaderamente importante, lo esencial, el don de la vida".

También ha tenido un recuerdo especial el obispo por aquellos profesionales que han estado en primera línea durante los meses más duros de la pandemia y que aún siguen estando. Por ello, ha querido agradecer "el trabajo y el sacrificio realizado por tantas personas durante esta crisis" teniendo un recuerdo especial para los médicos, para el personal de enfermería y para los demás trabajadores de los centros sanitarios y de las residencias de mayores.

"Ellos, desafiando el cansancio, el sufrimiento y el miedo al contagio, actuaron con gran responsabilidad con el único propósito de acompañar a los enfermos en su soledad e intentar devolverles la salud".

También ha reconocido "de justicia" poner en valor "la entrega y el sacrificio" de los cuerpos y fuerzas de seguridad, de los miembros de las fuerzas armadas y de tantos trabajadores y voluntarios anónimos "que han dejado lo mejor de sí mismos en el servicio a la sociedad". A los educadores y a todos los que, desde las instituciones civiles, "habéis asumido con generosidad y dedicación vuestro servicio a al a sociedad" os "damos las gracias".

Finalmente, el obispo también ha querido pedir "entrega fraternal" ante la crisis social y económica provocada por la pandemia y el confinamiento.

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