Los empresarios podrán recibir entre 1.500 y 3.000 euros de subvención, en función de si cerraron o no sus negocios y del número de empleados que tengan, para financiar adaptaciones de sedes por la pandemia o compra de material sanitario, así como pago de gastos o arrendamiento de locales.

En caso de que haya "sobrante" de estos fondos, explicó el diputado de Empleo, José Ramón Rioboo, en rueda de prensa, se abriría una segunda fase para autónomos que no cerraran sus negocios pero cuya facturación haya caído un 75% y aun cabría una tercera parte del plan para los que tuvieran que hacer un ERTE para sus trabajadores.

"Era un plan muy demandado por los ayuntamientos porque tenían dificultades para canalizar ayudas de este tipo", apuntó Rioboo, que detalló que las administraciones locales tienen hasta el día 9 de octubre para solicitar estos fondos.

EFECTO COLATERAL

El presidente de la Diputación, Valentín González Formoso, lamentó, en la presentación del programa, el "efecto colateral" de la pandemia en los trabajadores y empresarios y alertó del "riesgo de desaparición del tejido productivo de un país basado en la microempresa y en los autónomos".

Por ello, defendió que este plan es el "grano de arena" que aporta la Diputación a la "llamada de socorro" de los emprendedores. González Formoso ha señalado el "esfuerzo enorme" que ha realizado el gobierno para aprobar este plan, que se destina a los autónomos afectados, dentro de los 83.000 que hay en la provincia.

El diputado de Patrimonio y Contratación, Xosé Lois Penas, destacó, en la rueda de prensa, que el organismo provincial ha actuado con "empatía y solidaridad". "Las administraciones tenemos que estar a la altura de las circunstancias", añadió.