Los puestos ambulantes mantendrán el cierre este domingo, por vigésima semana consecutiva. La Asociación Rastro Punto Es mantiene el pulso a Almeida y llevará su reivindicación a las calles por cuarta vez. "Desde el principio nos hemos autolimitado al 50% del aforo porque así cumplimos con las distancias de seguridad y sanitarias sobradamente. Bajo el criterio de un puesto si y otro no, hay espacio suficiente para instalarlos en las zonas que el Ayuntamiento ha suprimido, como Plaza de Cascorro, Ronda de Toledo o todo un lateral de la calle Ribera de Curtidores", señala a este diario la portavoz de la asociación Mayka Torralbo. 

Como representante de los 996 puestos ambulantes del mercadillo madrileño, dice "desconocer" los intereses que mueven al Ayuntamiento para "querer expulsarnos de nuestras ubicaciones habituales", pero, desde luego, "no son sanitarios". Por ello, han convocado una nueva manifestación el 26 de julio, a las 12.00 horas, en la plaza Cascorro para reivindicar que el mercadillo "es seguro".

Pero a ojos del alcalde, que el Rastro abra "depende únicamente de los comerciantes". Tal y como ha recordado Almeida, el Ayuntamiento ha hecho tres ofertas distintas frente a una única postura por parte de los comerciantes, que es la exigencia de permanecer en la misma huella. Pero estos "no pueden porque la normativa sanitaria de la Comunidad nos lo impide y la protección de la salud, tanto de los comerciantes como de los vecinos, exige que se limiten las aglomeraciones".

Además, subraya el "esfuerzo extraordinario" del Consistorio para hacer posible dicha reapertura: "Habría que establecer 3,5 kilómetros de vallas y movilizar personal municipal, fundamentalmente policía para que se produzcan los debidos controles". Ni siquiera estas medidas convencen a los vendedores ambulantes. Según Torralbo, "no tiene sentido que nos propongan el vallado y control del aforo".

Almeida: "Somos los primeros interesados en que abra el Rastro, será un nuevo elemento de ánimo para los madrileños"

Un tercer agente entra en juego. Son los comerciantes de tiendas fijas que llevan abiertas desde el pasado mes de junio como el resto de comercios de la ciudad. Son los más afectados, pues a los cinco meses anteriores de "inactividad absoluta" ahora se suman "pocos clientes", por lo que, "más de 60 tiendas han cerrado o están en liquidación". Lo cuenta el portavoz de la asociación Nuevo Rastro, Manolo González, quien lamenta ser "los ignorados de esta historia". Como señala González, "todo ha quedado sometido a una polémica de que el Rastro no abre y la gente no viene; es una auténtica tragedia". Empatiza con ambas partes, pero insiste en la necesidad de llegar a un acuerdo, por el bien de todos.

"Entiendo su miedo por cambiar de ubicación, porque es donde se les reconoce", dicen en defensa de los comerciantes. Aun así, la oferta del Ayuntamiento le resulta razonable, siempre y cuando, "sea temporal, como nos han prometido, y les devuelvan a su huella original cuando todo pase", concluye.

Un mes de negociaciones

AYUNTAMIENTO

Primera propuesta. Abrir unos 290 puestos de los 1.000 existentes en Ribera de Curtidores, Plaza del Campillo del Mundo Nuevo y Plaza del General Vara del Rey.

Segunda. Se suman 68 puestos (30% en total) en la calle del Gasometro y estas cuatro zonas se abrirían a la vez.

Tercera y última. El aforo asciende al 50% y con un vallado perimetral. Se repartirían entre Ribera de Curtidores, Gran Vía de San Francisco, la plaza del Campillo y la de Vara del Rey.

COMERCIANTES

Ambulantes. Mantienen la misma postura: "Solo queremos montar el 50% cada domingo en la misma huella, y el alcalde no nos ha dado una explicación fundamentada y rigurosa del rechazo a esta opción".

Tiendas fijas. Tildan de "trágica" su reapertura. Se han desvinculado de las negociaciones para evitar polémicas. Creen que "todo el tramado comercial se ha visto afectado y si el Ayuntamiento propone algo diferente es por salud". Desean "entendimiento ante el problema actual".