El fiscal rebaja la pena a la niñera boliviana

  • De uno a cuatro años de cárcel.
  • La ha rebajado debido a su "inmadurez".
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I. C. C., niñera de nacionalidad boliviana que está acusada de la muerte por deshidratación del niño tetrapléjico de 8 años al que cuidaba tras dejarlo solo durante dos días, era «pasiva, dependiente, inhibida, temerosa, con poca iniciativa...».

El fiscal le ha rebajado la pena (pedía 10 años de cárcel) a entre uno y 4 años de cárcel porque considera que cuando la chica perdió las llaves de la casa en la discoteca a la que se marchó (tenía entonces 20 años) fue incapaz de buscar una solución debido a su inmadurez.

Por ello, califica lo ocurrido como una imprudencia grave con resultado de muerte y no como un delito de homicidio doloso. En el juicio, con jurado popular, un psicólogo y un psiquiatra demostraron que lo ocurrido la dejó paralizada.

La joven afirmó ayer que no pensó que al pequeño le podía suceder algo por dejarlo solo en el piso y que no pidió ayuda por miedo, ya que no tenía la documentación necesaria para permanecer en el país.

El juicio con jurado comenzó el lunes en Sevilla, con la declaración de la acusada y de la madre del pequeño, S. H. T.

La joven (que cuando ocurrieron los hechos tenía 20 años) explicó que sacó al pequeño al parque, le cambió el pañal, le dio de cenar y lo acostó y que se quedó dormido sobre las 22.30 h. Después se duchó, habló con la madre del pequeño y sobre las 24 h fue a casa de una amiga para "distraerme un poco".

De allí, sobre las 2 h, se fue a una discoteca, donde conoció a un chico al que le dio las llaves del piso de la familia para la que trabajaba. No lo volvió a ver y durante todo el fin de semana estuvo buscándolo por el barrio de la Macarena, donde sabía que vivía.

Todo ocurrió en agosto de 2006, cuando los padres del niño viajaron durante un fin de semana a Ceuta por motivos familiares e I. C. C. se quedó al cuidado del pequeño.

La abogada de la defensa mantuvo que su clienta "era una persona inmadura, introvertida y con escasas luces", a la que se le dieron "más responsabilidades de las que era capaz de soportar" y que el "fallo" fue de los padres, al encargar el cuidado del fallecido a una empleada "con un nivel intelectual bajo y sin conocimientos".

La madre del pequeño relató que contrató a I. C. C. porque tenía experiencia en el cuidado de enfermos y aseguró que la niñera siempre supo que su trabajo era cuidar al niño. Una versión contrapuesta a la expresada por la joven, quien afirmó que la contrataron para el servicio doméstico y que le dijo a la familia que le daba miedo quedarse con el pequeño.

Recordó también la madre que durante el viaje llamaron varias veces a la niñera y que en la última llamada le preguntaron por qué lloraba y les contó que su madre había muerto en Bolivia y que en breve iba a tener que viajar a su país.

El juicio no va a contar con tres testigos fundamentales, ya que el joven que se quedó con las llaves falleció en un accidente de moto y las amigas bolivianas de la acusada no han sido localizadas.

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