Prejubilar a un empleado le resulta más caro a la empresa que despedirlo en seis de cada diez casos, según un estudio de la consultora Mercer que recoge el diario Cinco Días.

La prejubilación es una de las salidas a una coyuntura económica difícil dentro de la empresa y crea menos conflictos dentro de la empresa, pero suele ser más cara que un despido.

Pese a ello, los despidos requieren muchas horas de negociación entre la dirección y los representantes de los trabajadores. Ese tiempo, evidentemente, también le supone un coste a la empresa.

Para ilustrar este dato, el informe pone un ejemplo:

→ Prejubilación: Pagarle el 85% del salario neto hasta los 63 años le costaría a la empresa 140.000 euros.

→ Despido: Si le despiden y le pagan la indemnización legal de 45 días por año trabajado, sin aplicar el máximo de 42 mensualidades, la empresa tendría que abonar 125.137 euros.

¿Es realmente más rentable?

Mantener a este empleado activo hasta los 65 años costaría 229.700 euros con lo que si se decantan por la prejubilación se ahorrarían 89.200 euros, mientras que si se opta por el despido la empresa ahorraría 104.563 euros.

Aunque el despido parece la solución óptima atendiendo sólo a los números, la consultora advierte de que los sindicatos suelen conseguir indemnizaciones que superan los 45 días, lo que encarece los procesos.

Además, en los últimos tiempos las empresas están apostando por abonar el 85% del salario neto en las prejubilaciones, en lugar del clásico 90%.