Qué hacer si mi hijo ha tragado un poco de agua del mar o de la piscina

La piscina es uno de los escenarios favoritos de buena parte de los niños.
La piscina es uno de los escenarios favoritos de buena parte de los niños.
Pixabay.
La piscina es uno de los escenarios favoritos de buena parte de los niños.

La piscina y la playa son dos de los recursos de ocio más demandados durante la época de verano, sobre todo, para aquellos que tienen niños, ya que es una forma de pasar el día, refrescarse y mantener a los pequeños de la casa entretenidos. 

Sin embargo, los niños pueden tragar agua dentro de la piscina o del mar, una situación muy común y frecuente que no tienen graves consecuencias, pero que es bueno tener en cuenta ya que, en ocasiones, esto puede acarrear algunos problemas de salud para los niños. 

¿Qué problemas puede tener 

Una de las primeras consideraciones que hay que tener cuando se acude a una piscina con niños es si el nivel de cloro es el adecuado o, por el contrario, es excesivo. Un exceso de cloro en el agua puede causar irritaciones en los ojos y también afecciones respiratorias como el asma, sobre todo, en los más pequeños, tal y como indica Guía Infantil

Además de esto, que un niño trague agua con exceso de cloro puede llevar a una intoxicación, que puede causar molestias estomacales o vómitos. 

Así, es necesario tener en cuenta algunas recomendaciones en cuanto al agua clorada de las piscinas y las bacterias que pueda haber en el agua, como las que dan desde Consumer, sobre todo, si se tienen niños pequeños: 

  1. Comprobar que las piscinas reúnen los permisos y las condiciones adecuadas.
  2. Impedir el baño del niño cuando la intensidad del olor del agua haga sospechar un exceso de cloro.
  3. Tratar de que los pequeños no traguen agua.
  4. Evitar baños y exposiciones demasiado prolongadas al cloro.
  5. Duchar a los niños antes de bañarse.
  6. Usar y exigir el uso de pañales específicos (preparados para absorber la orina en el agua) para el baño de bebés y niños pequeños.
  7. Tener especial cuidado con los menores de tres años y con niños predispuestos al asma.
  8. Priorizar, siempre que sea posible, las piscinas al aire libre sobre las cubiertas. 
  9. Evitar las piscinas con poca ventilación.
  10. Procurar bañarse en piscinas con agua más fría, pues reduce los riesgos de desarrollar síntomas de asma, aunque también es importante evitar cambios bruscos de temperatura.

Aparte del cloro, hay que tener en cuenta otro factor fundamental que puede llevar a que los niños sufran algún tipo de complicación si tragan demasiada agua de las piscinas o del mar: las bacterias y gérmenes que pueden contener.

Desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) aseguran que los problemas de salud que se transmiten en las aguas de las piscinas recreativas son causa de los gérmenes y sustancias químicas, que se pueden ingerir al tragar el agua.

Las enfermedades que se pueden contraer incluyen una amplia variedad de infecciones, por ejemplo, gastrointestinales, respiratorias o de la piel o los oídos. La enfermedad más frecuente es la diarrea, causada por gérmenes como el Criptosporidium, la Giardia, la Shigella, el Norovirus y E. coli. 

Así, según el CDC, tragar aunque sea una pequeña cantidad del agua de la piscina que esté contaminada con estos gérmenes puede causar diarrea. Es por ello importante vigilar que los niños no traguen agua de la piscina. 

Por otro lado, en cuanto al agua del mar, la propia Organización Mundial de la salud indica en uno de sus documentos que "las aguas de mar y saladas pueden contener microorganismos que pueden ser patógenos, incluyendo bacterias, protozoos y virus". Tragar el agua del mar también puede ser causa de contraer alguna enfermedad relacionada con esos microorganismos. 

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