El alcalde de Palma, José Hila, y el regidor de Deportes, Francisco Ducrós, han las obras que el Instituto Municipal del Deporte (IME) lleva a cabo en este campo de fútbol municipal desde finales de junio.

En la visita también han participado el director general de Deportes, Antoni Martín, y los presidentes de los dos equipos que juegan en este campo, Ricardo López por parte Club Recreatiu La Victòria; y Miquel Llabrés del Club Recreatiu Sa Indioteria, además de personal técnico de los clubes y miembros del IME.

Los trabajos en el campo de fútbol, con un presupuesto de 182.109 euros y una duración prevista de cinco semanas, consisten en la renovación completa del césped del campo, con un total de 6.645 metros cuadrados de nuevo césped de última generación mixta.

Hila ha recordado que estas obras son un generador de puestos de trabajo en estos momentos y ha destacado que la mejora de los campos de fútbol municipales "es la apuesta del Ayuntamiento por el deporte y por la calidad de vida en los barrios".

El césped artificial antiguo era un césped fibrilado, sobre una solera asfáltica, que se suministró e instaló en 2006 y presentaba ya muy mal estado.

Según ha señalado el Consistorio, a continuación se llevará a cabo el cambio de la iluminación de esta equipación deportiva, que consistirá en la sustitución de los focos halogenuros por proyectores led, de menor consumo, como "apuesta sostenible" para reducir aproximadamente 45 toneladas de emisiones de C02 menos al año.

PROYECTO TOTAL

Estas obras forman parte del proyecto total de renovación de césped y alumbrado que está llevando el IME este año en los campos de fútbol municipales de Coll de en Rebassa, La Victoria, Son Roca y El Secar de la Real.

La inversión del IME para los cuatro proyectos tiene un presupuesto total de 837.622 euros. En conjunto, se están instalando un total de 26.200 metros cuadrados de césped de última generación.

En cuanto a la apuesta por un alumbrado más sostenible y menos contaminante, con este cambio de alumbrado se emitirán aproximadamente 45 toneladas de CO2 menos por campo, lo que supone un total de 180 toneladas menos al año.