PSOE y Unidas Podemos quieren escenificar que, pese a sus malos resultados –sobre todo los morados– en las elecciones gallegas y vascas, el Gobierno sigue fuerte y cohesionado. Y, por ello y porque llevaba sin convocarse desde marzo, antes de la pandemia, ambas formaciones reunieron este jueves la comisión de seguimiento de su pacto de coalición, en la que han participado, entre otros, los portavoces Adriana Lastra y Pablo Echenique, la ministra María Jesús Montero, el jefe de gabinete de Moncloa, Iván Redondo, o su homólogo en la Vicepresidencia Segunda, Julio Rodríguez.

Aunque la relación entre los socios sigue siendo fluida, PSOE y Unidas Podemos han mantenido en las últimas semanas diferencias públicas en asuntos como los escándalos que afectan al rey Juan Carlos, la derogación de la reforma laboral o el impuesto a los ricos. No obstante, fuentes conocedoras de la reunión aseguran que estas diferencias no se han tratado en el encuentro, que se ha centrado en "revisar lo que se ha hecho y analizar lo que viene". El balance de los primeros meses de la coalición, coinciden todos los consultados, ha sido "positivo".

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En particular, las dos formaciones han comentado la negociación en el seno de la UE en relación a los fondos para la recuperación económica tras la crisis del coronavirus, según estas fuentes. La prioridad del Gobierno tras el verano es la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene, y precisamente los fondos europeos que correspondan a España y el formato en el que se entreguen –como créditos o como transferencias– influirá decisivamente en las cuentas.

La reunión de este jueves no ha venido precedida de una situación tan tensa como la de principios de marzo, cuando PSOE y Unidas Podemos tuvieron que reunirse de manera extraordinaria para escenificar el cierre de su primera crisis seria de la legislatura: la que vino a raíz de la ley de libertades sexuales promovida por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero. Entonces, Montero chocó con Justicia y con la Vicepresidencia Primera de Carmen Calvo por la redacción del anteproyecto, y en la reunión ambas formaciones acordaron mantener un "diálogo constante" para evitar encontronazos públicos.

Sin embargo, la irrupción de la pandemia impidió que hubiera nuevos encuentros hasta el de este jueves, que ha servido para escenificar la unidad del Gobierno tras el batacazo electoral en Galicia y País Vasco. De hecho, la propia Carmen Calvo ya señaló el lunes pasado que "lo que ocurre en el ámbito partido no afecta a los escaños que tenemos en el Congreso de los Diputados como apoyo a este Gobierno".

Diferencias en el último mes

No obstante, a la coalición se le han acumulado los asuntos a tratar en las últimas semanas, especialmente a partir de la remisión de lo más grave de la crisis sanitaria. A la negativa del PSOE a tramitar la comisión de investigación en el Congreso sobre los escándalos del rey emérito se suma la falta de apoyo de los socialistas a la propuesta de su socio para poner en marcha un impuesto a las grandes fortunas que los ministerios de Hacienda y Economía rechazan.

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También ha generado divergencias internas el paso atrás del PSOE tras acordar con EH Bildu la derogación de la reforma laboral, tanto por el fondo como por la forma. Algunos sectores del Gobierno entienden que se generó sin necesidad un problema comunicativo que dañó la imagen del Ejecutivo y que evidenció las diferencias entre el sector de Unidas Podemos y el que encabezan ministros como la titular de Economía, Nadia Calviño, que tachó el debate sobre esta derogación de "absurdo y contraproducente".

La última polémica ha venido a raíz del supuesto espionaje a los teléfonos de varios políticos políticos independentistas catalanes de primera línea, como el presidente del Parlament, Roger Torrent. Unidas Podemos ha pedido –junto a Más País y los nacionalistas– que el Gobierno investigue el asunto y han solicitado formalmente una comisión de investigación al respecto en el Congreso. El PSOE no ha suscrito ninguna de las dos peticiones.