La CIG se concentra ante sucursales en Santiago para reclamar un convenio colectivo "digno" en bancos de antiguas cajas

La CIG ha celebrado protestas en la mañana de este jueves antes diferentes sucursales -Abanca, Bankia y Caixabank- en Santiago de Compostela para reclamar un convenio colectivo "digno" en los bancos nacidos de antiguas cajas agrupadas en CECA.
Protesta de la CIG ante Abanca para exigir un convenio colectivo en bancos nacidos de antiguas cajas
Protesta de la CIG ante Abanca para exigir un convenio colectivo en bancos nacidos de antiguas cajas
EUROPA PRESS
Protesta de la CIG ante Abanca para exigir un convenio colectivo en bancos nacidos de antiguas cajas

En declaraciones a Europa Press, el secretario sindical de la CIG en Abanca, Clodomiro Montero, ha explicado que llevan "18 meses negociando el convenio colectivo" de bancos como Abanca, Bankia, Caixabank, Unicaja e Ibercaja, pero la patronal, "aprovechando las reformas laborales, pretende imponer recortes durísimos", tanto en salario como en carrera profesional.

A esto se une que los recortes afectan especialmente a las mujeres, en un sector "en el que ya existe una discriminación" al sexo femenino, pues los puestos más altos del convenio -del uno al siete- "están masculinizados", mientras los más bajos -del ocho al 14- están feminizados y con menos salarios, "aunque hacen las mismas funciones que los hombres".

En las concentraciones, una veintena de personas han protestado con carteles en los que se podía leer 'Coidado: abuso bancario' y han realizado cánticos como 'Convenio xusto, convenio digno'.

Según ha explicado Clodomiro Montero, los recortes "van a por los puestos femenizados", ya que la patronal "pretende recortar una serie de complementos y la carrera profesional que afecta fundamentalmente a las mujeres". El hecho es que la bajada de salario media es de un 0,48% entre los hombres y de más de un 20% entre las mujeres.

Estos recortes afectan a unos 4.500 trabajadores en Galicia, de los cuales la mitad aproximadamente son mujeres. "No tiene sentido en pleno siglo XXI mantener una jerarquía empresarial claramente machista", se ha quejado Montero, quien ve la situación "tremendamente injusta".

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