Da igual que viajes en bici o en patinete, el calor también afecta a tu VMP

Bicicleta en la montaña.
Bicicleta en la montaña.
Mike DeDecker
Bicicleta en la montaña.

Utilizar las bicicletas, sean o no eléctricas, y los patinetes o vehículos de movilidad personal como medio de transporte tiene muchas ventajas. Empezando por el aspecto económico y acabando por la practicidad y comodidad de no tener que buscar aparcamiento y no sufrir los atascos. 

Pero, por otro lado, no dejan de ser vehículos y también exigen unos cuidados y un mantenimiento. Además, exactamente como a los vehículos a motor, las altas temperaturas del verano pueden afectar a su funcionamiento, por eso durante esta época necesitan que sus dueños estén más pendientes de su estado.

Antes de explicar cómo el calor afecta a estos vehículos, es necesario hacer un inciso. No es lo mismo utilizar la bicicleta como medio de transporte urbano que para hacer deporte en la naturaleza. Es decir, las atenciones que habrá que prestar frente al calor serán más indispensables en caso de salir de ruta por la naturaleza, ya que ahí el ciclista puede sufrir un golpe de calor.

La batería, lo más sensible al calor

El elemento más delicado de patinetes y bicicletas eléctricos es la batería. También es el componente que más puede, por tanto, sufrir el calor. Si nos fijamos en los patinetes eléctricos, suelen tener la pila alejada de posibles fuentes de calor, por lo que ya desde su montaje se evitan incidencias derivadas del uso. 

Pero también es importante tener en cuenta donde guardamos este tipo de vehículos en verano, ya que será conveniente que la temperatura no aumente de los 25 grados. Más calor podría afectar a la vida útil de la batería. 

También hay que tratar de evitar que, a la hora de dejar la bici o el patín en el trabajo o en el lugar de estudio, el vehículo reciba la luz directa del sol, ya que se puede convertir en un factor de riesgo.

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