El 84% de las muertes por ahogamiento de menores este año han sido en zonas sin vigilancia, la mitad de ellas piscinas

Niños en la piscina
Niños en la piscina.
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Niños en la piscina

Las especiales características del año en curso debido a la pandemia del coronavirus se proyectan también en las circunstancias que provocan ahogamientos de menores en espacios acuáticos. En estos primeros 7 meses del año han sido 13 los menores fallecidos por ahogamiento, en un 84% de los casos el deceso se produjo en una zona sin vigilancia. Habitualmente esta cifra se sitúa en torno al 77%.

El cierre de algunas piscinas, así como la búsqueda de zonas de baño menos pobladas, han provocado este aumento de 7 puntos, según revela el 1er Informe de Ahogamiento de menores en entornos acuáticos' elaborado por Abrisud y el proyecto de investigación ahogamiento.com.

La mitad de los fallecimientos han tenido lugar en piscinas (50%), un 30% en ríos o canales, un 15% en playas sin vigilancia y el 5% restante en distintas localizaciones como embalses o pantanos. Once de los menores fallecidos eran niños y dos, niñas. El perfil habitual del menor fallecido es un niño, de entre 2 y 5 años, que se halla en una piscina sin vigilancia o bien hay un fallo en su supervisión, bien entrada la tarde.

Este año, el fallecimiento de adolescentes concentra el 46% de las muertes por ahogamiento, el segundo segmento es el de los menores de 4 años, con un 30% de decesos. La franja de 5 a 8 años cuenta con 2 ahogamientos mortales (15%), mientras que en estos 7 primeros meses del año no se ha registrado ningún accidente mortal en menores de 9 a 13 años. Una gran parte de estos ahogamientos se ha producido en las últimas horas de la tarde, con ocho accidentes mortales entre las 17 y las 21 horas. En la franja anterior se han producido cuatro muertes por ahogamiento (13 a 17 horas) y un fallecimiento tuvo lugar a primera hora del día (9 a 13h).

Los ahogamientos han ocurrido, principalmente, en Cataluña (2 fallecidos en Girona), Extremadura (2 en Badajoz) y en la Comunidad Valenciana (1 en Valencia y 1 en Alicante). El resto de los decesos se han repartido en: Andalucía (Cádiz) Baleares (Menorca), Asturias, Aragón, (Huesca); País Vasco (Vizcaya); La Rioja (Logroño) y Castilla León (Palencia) con un deceso en cada comunidad.

Estos 13 fallecimientos suponen un 30% menos que el año pasado en las mismas fechas. Este descenso se explica por los meses de confinamiento, si bien los ahogamientos mortales de menores ocurridos desde mediados de junio se elevan a 9. La relajación o fallo en la supervisión adulta y el bañarse en zonas sin vigilancia apuntan como las principales causas.

Francia, ejemplo de seguridad

España es uno de los siete países europeos que obliga al vallado de las piscinas públicas y comunitarias. Las piscinas privadas en cambio, a diferencia de Francia, Noruega o Italia, no tienen esta misma obligación.

“La entrada en vigor de la Ley Raffarin en Francia, en el año 2003, que impuso la obligación de incluir medidas de seguridad activa como vallas, cubiertas o alarmas en las piscinas privadas, ha supuesto un importante descenso en el número de accidentes en relación con el parque de piscinas”, explica Fabrice VILLA director de la empresa de cubiertas Abrisud, expertos en seguridad infantil para piscinas. Los dispositivos normalizados han probado su eficacia, convirtiendo las piscinas residenciales en espacios más seguros

No usar flotadores, manguitos o churros

La empresa comparte también recomendaciones para los padres o adultos que acompañen a los niños a la piscina, como es realizar una supervisión continua. Una buena manera de asegurar una atención constante es establecer turnos entre los adultos que permitan el control de los menores, así como momentos de descanso y relax para los mayores.

La principal medida de seguridad con los menores de 5 años o aquellos que todavía no saben nadar es practicar la llamada “supervisión al tacto”, es decir, que los niños estén al alcance de nuestro brazo en todo momento. 

En situaciones en las que se requiera que el menor tenga un soporte de flotación, el único elemento recomendado es un chaleco salvavidas homologado con la talla adecuada para cada uno. No se aconseja el uso de otros elementos como flotadores, manguitos o churros, salvo en momentos puntuales y siempre bajo estricta supervisión adulta.

Por otra parte, Abrisud aconseja revisar el camino de la casa a la piscina para detectar posibles riesgos y evitar accidentes. Si bien los niños en ningún caso deben acceder solos a la zona de baño.

Hay que explicar a los niños que deben bañarse siempre con permiso y en presencia de un adulto

Es importante que las piscinas domésticas cuenten con elementos de seguridad activos como vallas o cubiertas que eviten que los menores puedan acceder en algún momento sin la presencia de un adulto. Así como explicarles que no pueden bañarse solos y que deben hacerlo siempre con permiso, en presencia de un adulto, y que deben recordar a los mayores su labor de vigilancia si se distraen.

Este decálogo de recomendaciones para adultos hace hincapié también en la importancia de que los niños tomen conciencia de su propia seguridad y que disfruten de un baño feliz y tranquilo: aprender a nadar, evitar las carreras y no jugar con los componentes de la piscina, especialmente los drenajes, es fundamental para disminuir riesgos.

Finalmente, es recomendable disponer de un equipo de rescate básico que conste de boya o salvavidas de repuesto y una pértiga; así como un teléfono con el que poder llamar a emergencias. Para facilitar una respuesta lo más rápida posible una buena recomendación es colocar un cartel con el Teléfono Único de Emergencias (112) e Información Toxicológica (91 562 04 20).

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