1.710 soldados prestan servicio en Valladolid, pero también hay 1.484 vallisoletanos repartidos por el resto de cuarteles de España.

Aunque se anuncia el Ejército como un empleo con el que viajar, aprender una profesión y vivir aventuras, lo cierto es que los aspirantes a soldado tienen claras sus preferencias: servir al país, sin irse muy lejos de casa.

El número de aspirantes ha subido por la crisis, ha pasado de 12 personas cada día a 20.

El destino favorito de la mayoría es el AALOG, «el que está en la ciudad», aseguran desde la oficina de reclutamiento, mientras que hay plazas para Sardón, a tan sólo 30 kilómetros, «que generalmente quedan desiertas porque nadie las solicita».

En la selección que tuvo lugar ayer, por ejemplo, sólo se cubrieron 21 de los 23 destinos de Valladolid, «aunque habrá más de 80 aspirantes aptos pero sin plaza que tendrán que volver a presentarse».

Beneficiados por la crisis

No es el único factor, pero «sobre todo a partir de verano, ha subido el número de aspirantes que diariamente jóvenes que pasan por la oficina de reclutamiento de

Valladolid», relatan.Si la media diaria es de unos 12 aspirantes, últimamente hay días que

Tanto las mujeres, aquí uno de cada cuatro soldados, como los extranjeros continúan aumentando paulatinamente su presencia en el Ejército.

Con un ‘click' de ratón

El general de División y subdirector general de Reclutamiento del Ministerio de Defensa, Manuel Jesús Solana, aprovechó su visita a Valladolid para celebrar aquí la comisión de selección que concede las plazas para toda España.

Había 1.724, 103 para extranjeros, y de las más de 6.500 solicitudes sólo 3.485 entraron en el bombo, un potente ordenador, que en a penas unos segundos eliminó 25 candidatos por no cumplir algún requisito y asignó destino a 1.529, dejando 195 plazas sin cubrir.

Laura Dimas, 21 años. Farnesio.

«Para mi es vocacional, siempre me ha gustado y por eso me he decidido. Tengo amigos en el Ejército y la verdad es que me han animado a que lo intentara. Tengo intención de seguir y ascender todo lo que pueda, aunque tampoco descarto pasarme a la Guardia Civil. No tengo ningún miedo, sé que te dan caña, pero vamos, lo normal».

Marcel Yoel, 22 años. Ala 37 de Villanubla.
«Yo ya he sido militar y me salí porque necesitaba estar más cerca de mi familia. Soy de República Dominicana, pero siento la bandera española y el tiempo que estuve en el Ejército me sentí integrado con el resto de compañeros. Aunque no tengo experiencia, ahora he pedido una plaza de hostelería y espero quedarme un tiempo».

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