El botellón ha provocado algo más que críticas vecinales a lo largo de los últimos meses. El refuerzo policial del 092 para luchar contra estas reuniones callejeras ha obligado a reducir el número de controles de alcoholemia en la ciudad. Y fuentes del 092 aseguran además que las carencias de la plantilla (327 policías) hacen difícil que se cubran todas las rutas de la movida el fin de semana.
Esta falta de efectivos ha provocado, entre otras cosas, que en lo que va de año se hayan cazado la mitad de positivos de alcoholemia que en 2007. La media del fin de semana está ahora en ocho cuando antes era de 15, como muestran los partes policiales.
Según la legislación autonómica, una ciudad como A Coruña debería tener un mínimo de 110 agentes más que los actuales. El Ayuntamiento sólo ha convocado 20 plazas para el cuerpo, aunque ha prometido 100 nuevas hasta 2011.
Una de las unidades más desbordadas es la de Atestados, clave en los controles de alcoholemia ya que tienen el material para las pruebas. Tres unidades cubren las 24 horas del día -arropadas por una veintena de agentes-, pero no siempre a pleno rendimiento ya que, según la Junta de Personal, «están saturadas entre accidentes y declaraciones en los juzgados».
POSIBLES SANCIONES
- ¿Cuáles son los niveles permitidos? No pueden ser superiores a 0,5 gramos por litro de sangre, o lo que es lo mismo, 0,25 miligramos por litro de aire. En noveles, bajan a 0,3 por litro de sangre y 0,15 por litro de aire. A partir de estas medidas ya se puede ser sancionado.
- ¿Cuánto hay que pagar por la multa? Dependiendo del caso, entre 300 y 600 euros. Además, las sanciones pueden ir acompañadas de la supresión del permiso de conducir (entre uno y tres meses). El permiso se pierde si se acumulan tres infracciones en dos años.
- ¿Puede haber delito? Si se acredita que el conductor presenta una tasa muy elevada de alcohol en el cuerpo puede enfrentarse a penas que van de tres a seis meses de prisión. En este supuesto, las multas suelen ser de un mínimo de 2.000 euros, en función de la situación económica que presente el sancionado. Además, si se demuestra el delito, éste puede acarrear la privación del derecho a conducir de uno a cuatro años.
- ¿Y si el conductor no quiere hacer la prueba? La policía inmovilizaría el vehículo -como cuando se encuentra con un positivo-, y si no hay ningún acompañante que pueda hacerse cargo de él, al sancionado le tocará pagar la grúa.
- ¿Se puede acabar en comisaría? Sí. Los agentes pueden trasladar al conductor a comisaría para que éste preste declaración, para lo que podrá solicitar un abogado.
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