Julio Romero de Torres supo retratar mejor que nadie a la mujer morena. Esa joven de mirada penetrante llamada María Teresa López que quedó inmortalizada con las obras Fuensanta (reproducida desde 1953 en los billetes de 100 pesetas) y La Chiquita Piconera, cuadro cumbre del artista.

La que un día fue musa de la belleza cordobesa quiso que otro artista de la tierra, Aurelio Sanchiz, le pintase en 1979, cuando tenía 70 años, en otro billete de 100 pesetas y con la misma pose que en Fuensanta.

El cuadro pertenece a la colección de Juan López, un admirador de este creador al que define como un «purista» del arte y que pide un guiño desde el mundo cultural cordobés para que la obra de Sanchiz sea expuesta y conocida en las principales salas de la ciudad.

López señala que Sanchiz supo crear una obra que permite una curiosa comparativa por pura ley natural entre ambos cuadros, pero donde esa mirada profunda se mantiene.

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