Multitudes instantáneas, pero no tanto

Si es de los que opina que la masa no piensa, a lo mejor deba revisar sus creencias al calor de los Flash Mobs, un fenomeno de internet que se puede traducir como 'Multitudes instantáneas' pero que está lejos de responder a movimientos espontáneos o improvisados. Consiste en convocar a través de correo, móviles, blogs o redes sociales al mayor grupo de gente para hacer algo en un lugar público.

El último de estos actos, convocado en 50 ciudades españolas, pretende llevar a miles de jóvenes a una guerra de almohadas mañana por la noche. Los impulsores de esta iniciativa pretenden batir un récord Guinness, pero la suya no parece una propuesta muy original. Según Wikipedia, tanto en nuestro país como fuera de él es ya un clásico eso de quedar con desconocidos para darse almohadazos.  Más de 50.000 usuarios han confirmado su presencia

Pero al parecer

Pero, ¿qué motiva a la gente a conovocar, difundir y acudir a estos actos? En realidad, no hay muchas explicaciones a parte de la pura diversión. De hecho, a estas reuniones en las que los reunidos se proponen llevar a cabo alguna acción sin más objetivo que el lúdico, se les da el nombre de Absurd Mobs.

Frente a las multitudes que se reúnen para hacer algo en principio absurdo, pero que también puede tener un fin reivindicativo, hay otros actos más serios en los que la convocatoria descentralizada y supuestamente espontánea de una multitud utilizando medios tecnológicos tiene un calado más profundo. A menudo se proporciona lo sucedido con las sedes del PP tras los atentados del 11M en Madrid como ejemplo de esta modalidad de Flash Mob.

Sean con carácter reivindicativo o sólo con el objetivo de echarse unas risas, lo cierto es que estas convocatorias existen y son cada vez más habituales. Su éxito demuestra la capacidad de convocatoria de los nuevos medios de comunicación, sobre todo entre los más jóvenes. Los publicistas ya se han dado cuenta de ello, y han tomado prestada la fórmula para organizar actos callejeros.

Es el caso por ejemplo de la aerolínea Ryanair, que prometió billetes de avión para quienes se acercasen a una hora determinada a una plaza de Madrid y mostrasen su amor con un beso. Controlar la circulación del mensaje en la Red es en todo caso muy complicado, si no imposible, y la campaña se volvió en contra de la compañia en algunos blogs de asistentes que no lograron el viaje gratis soñado.