Con la pandemia del coronavirus, más de una persona habrá pensado cómo de maravilloso sería un mundo en el que no existieran virus. Pero podría ser un deseo envenenado, porque sin ellos, la humanidad estaría en peligro.

La BBC ha contactado con algunos expertos que han revelado lo importante que es la existencia de virus en el día a día del planeta.

"Si todos los virus desaparecen repentinamente, el mundo sería un lugar maravilloso por cerca de un día y medio, y luego todos moriríamos, ese sería el resultado final", afirma Tony Goldberg, epidemiólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison: "Todas las cosas esenciales que hacen en el mundo superan de lejos a las malas", añade.

Y es que la mayoría de virus no son patógenos para el ser humano y muchos de ellos hacen un papel fundamental en el mantenimiento de los ecosistemas. Otros, en cambio, mantienen la salud de organismos como hongos, plantas, insectos e incluso humanos. 

"Vivimos en un equilibrio perfecto. Creo que estaríamos acabados sin los virus", sentencia Susana López Charretón, viróloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

Sí que es cierto que la mayoría de los virólogos estudian a los patógenos, pero hay algunos científicos que investigan aquellos virus que nos mantienen vivos. Lo que no se sabe es cuántos hay.

Marilyn Roossinck, ecologista de virus de la Penn State University, en Estados Unidos, explica por qué: "Hemos descubierto sólo una fracción porque no hemos buscado mucho. Es solo un prejuicio: la ciencia sólo se ha interesado por los patógenos", dice.

Una aproximación la da Curtis Suttle, virólogo ambiental de la Universidad de British Columbia. Acerca de qué porcentaje del total de virus son problemáticos para el ser humano, Suttle dice que "si lo piensas numéricamente, el porcentaje estaría, estadísticamente, cerca de cero. Casi todos los virus que andan por ahí no son patogénicos para las cosas que nos importan". 

La importancia de los fagos

Los científicos explican que lo importante son los fagos, es decir, los virus que infectan bacterias. "Son los mayores depredadores del mundo bacteriano. Los fagos son los reguladores primarios de las poblaciones bacterianas en el océano, y probablemente en muchos ecosistemas del planeta también", dice Tony Goldberg.

Si los virus desaparecieran de repente, algunas poblaciones bacterianas crecerían de manera desproporcionada y otras desaparecerían. Esta situación sería problemática por ejemplo en los océanos, donde el 90% de la vida es microbiana. Estos microbios generan cerca de la mitad del oxígeno del planeta, y este proceso lo facilitan los virus.

Los virus matan cada día al 20% de los microbios oceánicos y al 50% de las bacterias oceánicas. Al hacerlo, el plancton productor de oxígeno tiene suficientes nutrientes para hacer la fotosíntesis, lo que permite que se mantenga gran parte de la vida en la Tierra. Como dice el doctor Suttle, "si no hay muerte, entonces no hay vida, porque esta depende completamente del reciclaje de materiales. Los virus son importantes en términos de reciclaje". 

Los virus actúan como control de especies. Si una especie crece en exceso, "aparecerá un virus y los eliminará", dice la doctora Roossinck. "Cuando las poblaciones se vuelven muy abundantes, los virus tienden a replicarse muy rápidamente y reducen la población, creando espacio para que puedan vivir el resto de las cosas", añade. Si no hubiera virus, "rápidamente perderíamos mucha de la biodiversidad en el planeta. Unas pocas especies tomarían el control y empujarían a resto". 

Para los humanos, los virus llegan incluso a protegernos. El virus de la hepatitis G es un virus no patogénico, vinculado a la progresión tardía del sida en personas positivas en VIH. También hace que la gente infectada por el ébola sea menos propensa a morir.

De hecho, los virus se usan como agentes terapéuticos contra ciertas enfermedades. La fagoterapia usa virus para atacar infecciones bacterianas. Con la cada vez mayor resistencia a los antibióticos, estas terapias están empezando a crecer.

Así, se están estudiando los virus oncolíticos, que infectan y destruyen selectivamente células cancerosas.