Rastreadores: la primera línea en la batalla contra el rebrote de la Covid-19

Tres rastreadores, técnicos de seguimiento de contactos de la Comunidad de Madrid.
Tres rastreadores, técnicos de seguimiento de contactos de la Comunidad de Madrid.
Jorge París
Tres rastreadores, técnicos de seguimiento de contactos de la Comunidad de Madrid.
Tres rastreadores, técnicos de seguimiento de contactos de la Comunidad de Madrid.
J. PARÍS

Sentados frente a un ordenador y con un teléfono permanentemente en la mano. Así trabajan, en una pequeña sala de un centro de salud, tres de los rastreados de la Comunidad de Madrid en busca de los contactos que han tenido los casos confirmados de Covid-19.

En tiempos los del big-data y de la hiperconectividad, estos trabajadores sanitarios emplean un método netamente analógico que, a pesar de todo, es el más efectivo en la labor de mantener a raya la pandemia y evitar a todas costa que nuevos brotes hagan que se pierda el control sobre la misma.

"Nuestro trabajo es la detección de casos para poder, a continuación, saber cuáles son los contactos que han tenido y hacer un seguimiento", explica el doctor Andrés Aragón, epidemiólogo y coordinador de este equipo de técnicos.

"Se trata de una estrategia preventiva para poder hacer la detección de nuevos casos lo antes posible y poder aislares y evitar que contagien a otras personas", añade Aragón.

Cuarentena de 14 días para los contactos

La estrategia, implementada en todas las comunidades autónomas, se basa en varias etapas. Cuando los laboratorios detecta un caso de Covid tras una prueba PCR o de anticuerpos, los rastreadores reciben el aviso. Inmediatamente, los epidemiólogos se ponen en contacto con el positivo y realizan la conocida como encuesta epidemiológica.

"Nos ponemos en contacto con esa persona que ha dado positivo para preguntarle cuáles son sus convivientes y sus contactos sociales, con los que ha estado más de 15 minutos a una distancia de menos de metro y medio, y, luego, también dónde trabaja para localizar sus contactos laborales", declara el epidemiólogo.

El sistema se basa enteramente en la colaboración tanto de los positivos como de sus contactos y, según Aragón, "en general, la gente está siendo responsable y colabora".

Los casos confirmados deben permanecer en aislamiento durante dos semanas, preferiblemente en una habitación y con un baño para su uso exclusivo, evitando todo contacto con cualquier otra persona. 

Para sus contactos, se pide un confinamiento menos estricto, en el que pueden salir a la calle si es necesario, pero siempre con mascarilla y tratando de evitar contacto con otras personas.

A estos contactos en cuarentena se les realiza también un seguimiento diario por vía telefónica, para comprobar en todo momento su estado de salud y se les remite a una clínica de atención primaria para realizarse una prueba si empiezan a manifestar síntomas.

Lo más eficiente, a falta de vacuna

Según defienden las autoridades sanitarias, el método está siendo efectivo y, aunque no es infalible, es la mejor manera posible de controlar la pandemia a la espera de que se desarrolle una vacuna.

"La vacuna es una herramienta fundamental que ha cambiado la perspectiva de las enfermedades infecciosas, pero esta enfermedad no la tiene, por lo tanto, no hay que contar con ello", declara María Ordobás, jefa del servicio de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid. 

"Para enfermedades que no tienen un mecanismo primario de prevención tenemos que ir a otras estrategias preventivas, y ésta es una de ellas, que también se ha utilizado para otras enfermedades y, concretamente con ésta, está funcionando. Si no, la situación epidemiológica sería otra distinta a la que tenemos ahora mismo", añade Ordobás.

El rastreo de casos se ha empleado desde hace décadas para la prevención de otras enfermedades infecciosas como la tuberculosis. Según Aragón, "no hay ninguna diferencia muy esencial, solo que la Covid-19 ha sido un tsunami que nos ha absorbido completamente, pero el trabajo es un poco el mismo, conocer lo que está pasando en la población".

El talón de Aquiles de la estrategia son los pacientes asintomáticos de los que, aunque puedan dar positivo en una prueba serológica, se desconoce cuando se infectaron y cuando pudieron transmitir la enfermedad. 

"Hay que contar con los asintomáticos y, en la medida de lo que sea posible, controlar esa situación", declara la doctora Ordobás. "Pero, ahora mismo, lo fundamental es controlar los casos sintomáticos y, sobre todo, mantener las medidas de prevención básicas: distancia interpersonal, mascarilla e higiene de manos".

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