
No ha tenido reparos en hablar de absolutamente todo, de mentar a cada una de las personas que le han influido, de meterse en el fango y responder de cada detalle desconocido de su vida. Rocío Flores Carrasco ha decidido abrirse en una entrevista para ¡Hola! y el resultado son respuestas con titulares por doquier.
La exconcursante de Supervivientes protagoniza la portada de la revista en la que sale con un ya icónico vestido lila con el mar de fondo y, en este, su primer reportaje, la joven de 23 años da rienda suelta a algo que ya dedujeron los espectadores del reality: necesita ser escuchada.
La hija de Antonio David ha rememorado su infancia, cómo podrían haber cambiado las cosas de haber sido todo de muy diferentes maneras y, claro, mira esperanzada el futuro, donde le gustaría reconciliarse con su madre, Rocío Carrasco.
"La relación con mi madre debe arreglarse. Es una persona fundamental en mi vida", afirma sin tapujos, aunque a la vez le lanza una pequeña pulla a la nueva colaboradora de Lazos de Sangre (en TVE, dejando de lado Telecinco) por no cogerle el teléfono cuando la llama.
"Ya lo he hecho muchas veces, pero no ha habido respuesta", asegura Rocío Flores. "En estos últimos años la he llamado unas seis veces y solo me lo cogió una vez. Fue para preguntar por mi hermano y la respuesta que obtuve no fue muy agradable", revela.
Eso sí, no piensa malmeter. "No voy a hacer una entrevista hablando mal de mi madre ni voy a hacerlo en un plató de televisión. Si eso es lo que la gente se espera, no va a suceder. La guerra que han tenido mi padre y mi madre es de ellos. Los que hemos salido perjudicados somos mi hermano y yo. Pero yo me fui con mi padre, que era el que menos dinero tenía y el más estricto", confiesa.
Obviamente, cuando se le pregunta por las sentencias judiciales pendientes, se defiende: "Mi madre nunca ha hablado de eso y yo tampoco lo voy a hacer". Es por ello que quizá se extrañe tanto en la familia una figura conciliadora como lo era su abuela, Rocío Jurado.
"He pensado muchas veces en mi abuela; si estuviera aquí, estoy segura de que nada de esto hubiera pasado", reconoce la tertuliana de Mediaset, que también ha tenido tiempo de hablar de su paso por el reality y de su estancia de cuatro meses en Cayos Cochinos.
"No he ido a Honduras para aprovecharme de la imagen de mi madre, sino para que la gente conozca cómo soy", sentencia, al mismo tiempo que recalca que "antes del concurso, tenía miedo" de ser tachada "de agresiva". "Quiero demostrar que no lo soy", sostiene.
Además, cree que si tuviera que evaluar su paso por el concurso, este solo le ha dado cosas buenas: "He aprendido a creer mucho en mí y valorar otras cosas a las que no das importancia en el día a día, como estar con tus seres queridos. Mi balance es positivo".
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