Según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa, el denunciante había pasado unos días en otra vivienda que poseía en un pueblo asturiano y al regresar a su domicilio se encontró que no podía abrir la puerta porque tenía clavos en la cerradura.
El hombre relató a la Policía que era la cuarta vez que sufría hechos similares, que se producían cuando se ausentaba de sudomicilio durante varios días. También la misma persona le había causado daños en el buzón y había dejado notas manuscritas con insultos.
Una vez identificado el supuesto autor de los hechos, vecino del denunciante, fue denunciado por un delito leve de daños. Este admitió ante los agentes haber metido los clavos en la cerradura porque estaba cansado de pedir a su vecino que no hiciera ruido por las noches, ya que arrastraba los muebles en horas de descanso nocturno ydesvelaba a toda la familia.
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