Héctor Castiñeira, el sanitario detrás de Enfermera Saturada: "Tengo poca fe en que los políticos mejoren la Sanidad"

  • "Cuando no sabíamos muy bien ni cómo abordar el coronavirus, los aplausos de la gente nos dio un respiro importante", asegura a 20minutos.es el enfermero.
  • Su personaje, Enfermera Saturada, refleja con humor y un poquito de reivindicación la labor y la realidad de las enfermeras y enfermeros de España.
Héctor Castiñeira, el enfermero detrás de Enfermera Saturada.
Héctor Castiñeira, el enfermero detrás de Enfermera Saturada.
PLAZA & JANÉS
Héctor Castiñeira, el enfermero detrás de Enfermera Saturada.

Todos lo conocen como Enfermera Saturada, pero su nombre es Héctor Castiñeira y es el enfermero detrás de este popular personaje que sirve como desahogo de los sanitarios, contando y recopilando anécdotas del sector en tono de humor y con un puntito de reivindicación.

Con más de 136.000 seguidores en Twitter, es uno de los perfiles satíricos más populares de las redes y, además, tiene bajo su nombre ya siete libros, el último de ellos, El guardián entre el ibuprofeno, salió el pasado 4 de junio.

Héctor Castiñeira lleva desde 2003 dedicado a la profesión, casi 17 años en los que ha ido empalmando contratos y ha llegado a acumular ya unos 500 (de meses, semanas, días...). El enfermero gallego lleva trabajando en Madrid desde 2017 y actualmente está en el hospital 12 de Octubre, donde ha vivido esta pandemia desde primera línea.

Por ello, en un 2020 marcado por la crisis del coronavirus, los libros de Enfermera Saturada se hacen ahora más necesarios si cabe ya que no solo reivindican la gran labor que realizan los sanitarios, sino que arroja un poco de comedia a la situación actual con las divertidas anécdotas de hospitales contadas a través de los ojos de Satu (como se conoce popularmente al personaje).

Héctor Castiñeira, el enfermero detrás del personaje de Enfermera Saturada.

Héctor Castiñeira

  • Enfermero de Lugo que actualmente trabaja en Madrid. Lleva en la enfermería desde 2003.
Está detrás del personaje de Enfermera Saturada y ha publicado ya siete libros: 'El tiempo entre suturas', 'La vida es suero', 'Las UVIs de la ira', 'Suero de una noche de verano', 'El paciente siempre llama dos veces', 'El silencio de los goteros' y, el último, 'El guardián entre el ibuprofeno'.

¿Por qué Enfermera Saturada? Pues lo de "saturada" es un poco por la situación en la que estamos y en la que estábamos cuando creé el personaje en el año 2012, que era justo en plenos recortes, cuando empezaron los recortes en Sanidad a lo bestia. Yo quería que fuese un personaje de humor, pero a la vez creo que con el humor se pueden decir cosas muy serias, como en las revistas satíricas. Entonces quería que el propio nombre del personaje ya fuera una reivindicación en sí misma. Y lo de "enfermera", en femenino, simplemente fue por una cuestión de mayorías. En enfermería somos 300.000 enfermeros y enfermeras, pero el 90% son chicas. Al final, cuando uno piensa en la enfermería siempre la asocia a una mujer y los chicos somos muy poquitos. De hecho, entre nosotros también nos llamamos enfermeras, porque somos tan pocos que al final decimos que somos una más. Uno ya se acostumbra desde la facultad cuando los profesores continuamente hablan en femenino. Por esa cuestión de mayorías, nosotros somos una más y encantados.

Reveló en 2015 que usted, Héctor Castiñeira, era quien estaba detrás de Enfermera Saturada, ¿qué reacciones vio entre sus compañeros sanitarios? Entonces trabajaba en el hospital de Lugo y, pese a que es un hospital pequeño, ni mis propias compañeras sabían que yo era Enfermera Saturada. Nadie sabía quién estaba detrás del personaje y la verdad es que era muy gracioso porque me sentía un poco como Clark Kent y Superman. Es que además incluso veía cómo mis compañeras del hospital compartían mis publicaciones, leían el libro, se lo prestaban unas a otras y demás. Y yo estaba allí, callado y sentado en una esquina viendo las reacciones. Escribir detrás un personaje siempre me ha dado esa libertad en redes y en los libros. Y claro, cuando salí del armario de la medicación, por así decirlo, pensé: "¿Cómo explico yo ahora a mis compañeras y mis compañeros que quien lleva siendo todos estos años Enfermera Saturada soy yo? Es que no me van a creer". Entonces no dije nada, directamente, salí del anonimato. Y cuando lo vieron fue como "¡eras tú, pero no habías dicho nada!".

¿Y las reacciones de sus lectores? Para la gente que vino ese año a la Feria del Libro de Madrid y que descubrió quién estaba detrás de Satu, la verdad es que fue mucha sorpresa. Había gente que la veía como una enfermera mayor ya a punto de jubilarse, cada uno se la había imaginado de una manera en su cabeza. Y claro, lo que no esperaba nadie era ver un chico, que Enfermera Saturada tuviese barba. Pero la verdad es que fue muy bien, no hubo ningún problema y se lo tomaron muy bien y creo que incluso el personaje creció a partir de ahí.

"Enfermera Saturada podría ser cualquier enfermera de este país, me gusta que se vean reflejadas en el personaje"

¿Por qué optó por seguir escribiendo en femenino en sus libros? ¿Quizá por seguir detrás del personaje y separar un poco? Sí. Es que todas las historias que escribo, todo lo que cuento en redes o en los libros no es algo que cuente como yo, como Héctor Castiñeira, o cosas que me hayan sucedido a mí particularmente, sino que prefiero contarlo todo a través de un personaje, porque al final creo que Enfermera Saturada podría ser perfectamente cualquier enfermera de este país. Me gusta que las enfermeras se vean representadas y se vean reflejadas en el personaje y por eso decidí seguir así.

Usted cuenta en sus libros que tiene una "maldita vocación", ¿la profesión le ha dado más cosas positivas o negativas? Siempre más positivas. La decido llamar "maldita vocación" porque hay momentos en los que digo "¿para qué me habré metido yo en esto?". En mi familia todos son maestros, vengo de una saga familiar de personas dedicadas a la Educación y yo soy el único que eligió la Sanidad. Hay momentos en los que digo "¿pero para qué me habré dedicado a esto?", como cuando llega Nochebuena y toda la familia se reúne pero yo tengo turno y me tengo que ir al hospital a trabajar, o como cuando de repente llega una pandemia y pones en riesgo tu salud con mascarillas falsas o sin equipos de protección. Ahí es cuando surge esta "maldita vocación". Pero a pesar de todo, al final la profesión me ha dado muchas más cosas buenas que malas. Y hoy volvería a escogerla.

Los siete libros de Enfermera Saturada.
Los siete libros de Enfermera Saturada.
PLAZA & JANÉS

¿Lo que cuenta en sus libros son anécdotas reales? Sí, todas. Al principio, en los primeros libros contaba historias y anécdotas que me habían sucedido a mí. Pero claro, el personaje ha ido creciendo y ya son siete libros. Y ahora me paran enfermeras por los pasillos para contarme sus propias anécdotas o me las envían por las redes y al final, lo que era un personaje que al principio contaba mis historias y mis anécdotas, ha ido creciendo y es un personaje a través del cual el resto de enfermeras también cuentan sus historias y sus anécdotas. Son todo historias reales, pero no todas me han sucedido a mí.

¿Le queda alguna en el tintero para futuros libros? Sí, aunque la verdad es que de lo que me apetece escribir ahora mismo es del coronavirus. Porque al final, los hospitales son una fuente inagotable de anécdotas, y aunque durante la pandemia no ha habido demasiadas y me ha costado mucho hacer humor ahora porque la situación no era muy propicia, sí ha habido alguna pequeña anécdota. Pero de todos modos, estoy escribiendo sobre esto que hemos vivido, porque me gustaría que quedase reflejado. No sé si en un libro o una entrada en el blog, pero ahora mismo estoy escribiendo sobre ello.

¿Entonces es posible que su próximo libro esté centrado en el coronavirus? Pues es probable que si. Lo que pasa es que todavía estoy en una fase muy inicial, así que todavía no sé si será de humor o no, o sí será todo el libro sobre el coronavirus. De momento no sabría decirlo.

'El guardián entre el ibuprofeno', de Enfermera Saturada.
'El guardián entre el ibuprofeno', de Enfermera Saturada.
PLAZA & JANÉS

¿Cómo influyó el coronavirus en El guardián entre el ibuprofeno? Pues la verdad es que muy poquito, porque el libro terminé de escribirlo a mediados de febrero y para entonces aquí en España el coronavirus era todavía algo que veíamos como muy lejano, que estaba pasando en China y no teníamos casi ni idea de lo que iba a venir después. Pero me alegro mucho de publicarlo ahora, a pesar de que no he hablado demasiado del coronavirus y de que sea un libro puramente de humor y de anécdotas que nos han sucedido en los hospitales, porque creo que ese humor ahora mismo nos puede venir muy bien, sobre todo a los profesionales sanitarios. Es un poco como un bálsamo frente a todo lo que hemos vivido hasta ahora y creo que nos puede venir muy bien para ayudar a recuperarnos y a tratar de recobrar ese sentido del humor que teníamos previo a todo esto.

Ha estado viviendo el coronavirus en primera línea, ¿cómo ha sido? Pues he vivido todo esto desde la UCI. Ha sido el peor año de todos los que llevo trabajando como enfermero, y eso que me ha tocado vivir situaciones muy complicadas. Incluso me tocó trabajar en el descarrilamiento del Alvia en Santiago de Compostela, en 2013, y la verdad es que esa había sido una de las peores experiencias laborales de mi vida. Pero nada que ver con esto. Esto lo supera con creces. Esta pandemia era casi como tener ese descarrilamiento del tren cada día y durante semanas. El hospital se puso patas arriba, montamos UCI hasta en los sitios más insospechados, lo que era el gimnasio donde los pacientes hacían rehabilitación de repente se reconvirtió en una UCI. Buscamos respiradores hasta en el último almacén del hospital para tratar de atender a todos los pacientes. Fue un momento muy complicado y muy duro y al final te ibas para casa siempre con la sensación de que no habías hecho todo lo que tendrías que haber hecho y de que no lo habías hecho bien aunque dábamos más del 100% todos.

¿Ha estado alejado de su familia durante la pandemia? Sí, yo soy de Lugo y mi familia está toda allí. La verdad es que, además de todo el trabajo que teníamos y de toda la dureza, ha sido un poco más duro por el hecho de que tu familia está lejos. Incluso cuando fuimos pasando de fases y ya se permitían esas reuniones y poder ver a la familia, yo todavía seguía sin poder verla. Desde el mes de febrero sin poder ir a Galicia y la verdad es que estoy deseándolo. Voy a librar, no sé cómo, pero tengo que hacer lo que sea para poder ir.

¿Cómo será la nueva normalidad en los hospitales? La nueva normalidad en los hospitales querría decir que la peor fase de la pandemia ya ha pasado, que se reabren consultas externas donde pueden venir los pacientes de especialidades a ser atendidos. Una de las cosas que más me preocuparon fueron los pacientes en lista de espera, porque se anularon todas las intervenciones y esa lista de espera seguía aumentando. Hay pacientes que no pueden permitirse esperar unos meses, hay intervenciones con bastante urgencia que se estaban retrasando, y poder recuperarlas es una tranquilidad para los pacientes y para nosotros. Y también están las revisiones periódicas de los pacientes crónicos, pues se cancelaron y no es que nos hayamos olvidado de ellos, pero sí los teníamos apartados para que procurasen no venir al hospital y tratasen de aguantar como pudieran. Estábamos preocupados por cómo estarían, pero en algunos casos esta pandemia ha provocado que ciertos pacientes que tenían su enfermedad crónica muy controlada se haya descuidado un poco.

"Todo parece apuntar a que el coronavirus se quedará entre nosotros por lo menos hasta que aparezca la vacuna"

Entonces, ¿una vez pasado el atasco de los hospitales por el coronavirus ahora llegue el atasco de las personas que han estado aguantando para no pisar el hospital? Sí, sí, ha pasado mucho. Ahora tenemos pacientes en coronarias ingresados con un infarto, con una arritmia grave y que en circunstancias normales no habrían esperado y habrían venido directamente al hospital, pero por culpa de todo esto han dicho "voy a esperar, voy a ver si aguanto con este dolor que noto". Y al final se ha visto agravado. Tras el coronavirus, vendrá como esta especie de segunda oleada que será todos esos pacientes crónicos o pacientes que han estado demasiado tiempo en lista de espera porque sus intervenciones se han demorado. Y bueno, pues puede que tengan secuelas.

¿Cómo cree que se desarrollará todo a partir de ahora? ¿Habrá que convivir con el virus, podría regresar estacionariamente como la gripe? Todo parece indicar que ha llegado para quedarse. Es posible que tenga ese comportamiento estacionario, como lo tienen prácticamente todos los virus respiratorios, como puede ser la gripe, que vive entre nosotros pero que cada vez que llega el invierno parece que repuntan los casos. Y todo parece apuntar a que el virus se quedará entre nosotros por lo menos hasta que aparezca la vacuna. Así que mientras no aparezca la vacuna o tengamos al menos un tratamiento eficaz en caso de que aparezca un paciente, creo que tendremos que convivir en esta nueva normalidad con todas estas medidas o por lo menos parte de ellas.

¿Cómo recibió los aplausos de las 20 horas? Fue algo que nos sorprendió muchísimo a todos los sanitarios. De repente me llegó ese mensaje de WhatsApp de "hoy aplausos a sanitarios" y pensé "esta va a ser la típica cadena que luego se cumple o no". Pero de repente, cuando estábamos empezando todo esto, que no teníamos equipos de protección, que había un montón de casos que no sabíamos muy bien ni cómo abordar y no sabíamos ya ni dónde poner a los pacientes, el ver que la gente que estaba en sus casas nos apoyaba de ese modo nos dio un respiro importante.

Entonces, ¿le ha sorprendido la actitud de la gente? A medida que subía el pico de casos y se volvía más grave, también aumentó el pico de solidaridad. Era increíble ver todo tipo de solidaridad en los vecinos de tu edificio, hasta taxistas que se ofrecían a trasladarnos gratis. Personas particulares sin ningún tipo de interés, simplemente queriendo ayudarnos... Llegaban al hospital y hacían donaciones de material que tenían en casa o donaciones de lo que necesitásemos para nosotros o para los pacientes. Ese pico de solidaridad a mí particularmente me sorprendió muchísimo y lo agradecimos mucho.

"A medida que subía el pico de casos y se volvía más grave, también aumentó el pico de solidaridad"

¿Y las reacciones negativas? Sí es cierto que ha habido esa parte negativa que veíamos de los vecinos que ponían carteles de "Vete del edificio porque eres sanitario", o "porque eres cajera de supermercado". Ahí es cuando parece que pierdes un poco la fe en la humanidad, pero sí es cierto que la mayor parte de los casos han sido muy positivos, de apoyo a los que estábamos trabajando, no solo sanitarios, sino a todos los que estábamos trabajando en ese momento y haciendo frente a todo esto. Y muchas veces lo hacíamos con miedo, porque ibas a trabajar con miedo. Esa sensación es algo que creo que jamás olvidaré. Pero ibas igual porque tenías que ir, porque había pacientes que te necesitaban. Pero no podías evitarlo.

¿Cómo recibió el Premio Princesa de Asturias? Yo le he puesto ya hasta en mi biografía de Twitter y en LinkedIn. Digo "esto que se note". Es un premio que se agradece, porque al final todo lo que sea reconocimiento se agradece. Pero los sanitarios esperábamos otro tipo de reconocimiento, lógicamente no por parte de la Fundación Princesa de Asturias, porque al final esas mejoras laborales o salariales no tienen que venir por parte de la Fundación, sino por parte de los hospitales y del sistema público de salud. Pero la verdad es que se agradece el que una fundación o cualquier entidad que nos quiera dar un premio se acuerde de nosotros, no solamente durante la pandemia, sino también cuando ha pasado.

¿Cree que toda esta situación hará cambiar la Sanidad? Me gustaría que sí, que por fin se pusiese en valor nuestra figura, no solo la de los enfermeros, sino también la de los sanitarios. Sobre todo que se reforzase el sistema público de salud, porque al final es algo que no solo nos beneficia a los profesionales sanitarios, sino a todos, porque nosotros también somos pacientes y cualquier día estamos también en la cama de un hospital. Pero lo veo muy difícil, sinceramente. En ese sentido, tengo muy poca fe en que la clase política, a raíz de esto, mejore el sistema público de salud y lo refuerce. Creo que se hará ahora a corto plazo por miedo a otro pico u otro rebrote, pero a largo plazo lo veo muy complicado.

Héctor Castiñeira.
Héctor Castiñeira.
PLAZA & JANÉS

¿Qué opina de las decisiones que ha estado tomando el Gobierno? Esto es algo que nos ha pillado a todos muy de nuevas y realmente no teníamos mucha información ni los profesionales sanitarios, y no sé si el Gobierno tendría más información que nosotros. Pero bueno, ha tomado decisiones más acertadas y otras menos, y otras que creo que han llegado un poco tarde. Pero quizá una de las que más me preocupaba y de las que más me ha afectado directamente es esa falta de equipos de protección que han llegado muy tarde y que cuando llegaban nadie se preocupaba de detectarlos, de comprobar si eran mascarillas fake o no, y directamente nos las daban. Creo que, en ese sentido, el Gobierno se ha preocupado quizás un poco más de la economía o de recuperar cuanto antes la normalidad para salvar la economía, que es importante y que hay que hacerlo. Creo que al final han tomado decisiones pensando más en la economía que en la salud de todos.

¿Cómo ve el futuro del sector sanitario? ¿Cree que hay mucha precariedad y fuga de cerebros porque en el extranjero pagan mejor? Sí, es así. Es muy triste, pero al final tenemos muchos médicos y enfermeras que se forman en nuestro país, en universidades españolas e incluso se especializan en hospitales de aquí y, al final, se tienen que marchar a trabajar a otros países para encontrar esa estabilidad laboral y ese salario mínimo, y no ser mileuristas con complementos como estamos aquí. Hace poco colgué una nómina en la que se veía que una enfermera cobra una media de unos 1.500 o 1.600 euros al mes y con contratos de una semana, de un mes. Al final todos buscamos un poco esa estabilidad laboral, y es una pena que haya esa fuga de cerebros hacia fuera y que sea un sector que lleva arrastrando esa precariedad y esa inestabilidad desde hace muchos años, desde que empezaron los recortes en sanidad y nunca se marcharon. Llegaron para quedarse y, tanto en los libros como en las publicaciones de redes, además de tratar de hacer humor y de contar la cara B de los hospitales, también aprovecho para hacer ese tipo de denuncias y de reclamaciones.

¿De dónde saca tiempo para su trabajado como enfermero, colaborar en diferentes medios y poder escribir? Es un poco complicado. Aprovecho para escribir en el turno de noche del hospital, aproximadamente a partir de las 3 o 4 de la madrugada. Si todo va bien, los pacientes descansan y el turno de noche suele ser tranquilo y aprovecho para poner en orden la ideas y escribir los libros. También colaboró en algunos medios, tanto de radio, como de televisión o de prensa, tratando de divulgar. Estoy muy contento de poder hacer esta divulgación de salud en medios y de dar información fiable, porque muchas veces a los ciudadanos les suele llegar esta típica cadena de WhatsApp con una información que no saben si es correcta o no, o encuentra algo en internet que no saben si es real o no, y el poder estar en medios de comunicación dando información de salud fiable para mí es un orgullo.

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