Un Goya de Honor al cineasta maldito

  • La Academia reconoce la carrera de Jesús Franco.
  • Con más de 180 películas, es uno de los directores más prolíficos del cine español.
  • Se califica como outsider y dice que siempre necesitó libertad.
El director de cine Jesús Franco.
El director de cine Jesús Franco.
EFE
El director de cine Jesús Franco.

Es director, guionista, productor, actor, montador y músico. Se ha llamado Jess Franco, Clifford Brown o James P. Johnson. Rodó más de 180 películas en los lugares más inimaginables de Europa, recorrió todos los géneros y colaboró con leyendas como Juan Antonio Bardem, Berlanga, Nicholas Ray, Robert Siodmark u Orson Welles. Ahora, con casi ochenta años, recibe el Goya de Honor de la Academia del Cine por su "larga, rica y variada filmografía, así como por su absoluta entrega a la profesión". El 1 de febrero de 2009 este enfant terrible de la tercera edad subirá al escenario a recoger su premio. Que se preparen.

Elegí ser un outsider, y me sentí cómodo en el papel"
"Mi carrera ha sido un desmadre. Yo quería ser un Fellini de andar por casa, pero las circunstancias me obligaron", reconoce un director en continuo movimiento, con saltos de país en país y de estilo en estilo. Como todo cineasta novato en la España de los cincuenta, primero había que combatir el sistema. "Franco no me echó del país, pero no me dejaban hacer el cine que quería.
Elegí ser un outsider, y me sentí cómodo en el papel. En mi vida me han subvencionado. Siempre he tenido pocos medios, pero toda la libertad que necesitaba".
Welles no era un ogro... era un genio, y un ángel con los actores"
Su máxima de que puede hacerse cine "sin medios, pero no sin libertad", la ejemplifica con tipos como Godard. Pero si la libertad es importante, todavía lo es más tener cariño al trabajo y al equipo. Ray o Siodmarck le enseñaron que "llevarse bien con todos y, sobre todo, con los actores, es tener medio trabajo ya hecho.
Si eres un cabrón la gente no se apasionará trabajando contigo. Decían que Welles que era un ogro... y una mierda. Era un genio, y un ángel con los actores. Ellos son los que dan la cara. Si no están a gusto, se nota".

Si Jesús Franco tuvo problemas con la dictadura, tampoco le fueron mejor las cosas con la democracia. "Con Franco era insostenible, era un hijo de puta, pero la cosa estaba clara. Hubo un minuto de libertad durante la Transición con Suárez, fue un tiempo maravilloso.
Pero se lo cargaron", comenta. "Empezaron los intereses políticos. Iba al Ministerio y querían hacerme trabajar con determinados actores. Les mandé a la mierda, querían darme por el culo igual".

Si los productores (
"deberían quejarse de lo mal que lo hacen y lo poco que saben crear, no hacen más que copiar el peor cine americano") tampoco se salvan de las opiniones del galardonado, no sucede lo mismo con los actores, que Franco considera el elemento primordial del cine. "Si el público no conoce el nombre del protagonista", comenta, "estamos jodidos. El del director no importa". Franco también salva de su hoguera a los jóvenes directores españoles, a los que ve "con buen gusto. Narran mejor que lo hacíamos nosotros. También los actores han mejorado, porque los españoles siempre han tendido a la sobreactuación".

Aunque todavía en activo ("sólo me retiraré con los pies por delante"), Franco no es muy optimista respecto al futuro del cine. "El espectaculo audiovisual no morirá porque es esencial, mejora las miserias de la vida real,
pero el cine morirá. A los jóvenes les gustan más los videojuegos". Los culpables están claros: "los hollywoodianos creyeron que a base de miles de millones se haría mejor cine, cuando es al revés. Lo han hecho algo frío, lejano. Habría que reinventarlo".

Como es lógico, ni se esperaba el premio (que cree que le dan ahora por un reciente homenaje en París, "y eso cuenta") ni sabe qué dirá al recibirlo. "Vengo de ser músico de jazz. Me muevo por inspiración. Improvisaré". Lo que sí tiene claro es que el Goya no cambiará su impresión sobre su carrera. "Estudié filosofía, he escrito mucho, pero nada puede compararse a hacer cine.
Es la profesión más hermosa del mundo". Por eso ahora es la profesión la que le reconoce sus méritos.

SUS TRES FAVORITAS
Necronomicon (1968)

Erotismo, terror y sadomasoquismo se mezclan en una película alabada por Fritz Lang.
La condesa negra (1974)

Ejemplo de su pasión por el jazz, el propio director reconoce que "no la conoce nadie".
La Venus de las pieles (1969)

Tórrida adaptación del clásico masoquista del austriaco Leopold von Sacher-Masochs.
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