Para afrontar una crisis que ha elevado en mil personas la lista de parados de la localidad en lo que va de año, se propone además reducir los gastos corrientes, incrementar las partidas sociales e impulsar el comercio local descartando la subida de impuestos municipales y limitando el incremento máximo de las tasas del IPC.

El alcalde, Gerardo Sánchez (PSOE), ha manifestado que este plan de austeridad busca contener los gastos corrientes y mantener el equilibrio presupuestario "sin por ello renunciar al gasto social".

Por ello no sólo se congelarán los sueldos de los políticos y los cargos de confianza, sino también partidas presupuestarias como las de protocolo, dietas, publicidad, teléfono y energía.

Para el ahorro energético se encargará una auditoría que permita rebajar los consumos de aire acondicionado, calefacción y alumbrado en edificios municipales, así como un plan de organización telemática para reducir el consumo de los equipos informáticos.

En cambio, se mantendrá la oferta laboral mediante bolsas de trabajo, se dará prioridad en el plan de inversiones a los proyectos que más mano de obra generen y se agilizará la tramitación administrativa de los proyectos empresariales que se planteen al consistorio.

En cuanto al gasto social, se incrementarán las partidas sociales dedicadas a las familias y a los colectivos más necesitados y se facilitará el pago fraccionado de los tributos municipales.

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